10 de enero de 2016

RESTAURANTE BASCOOK (BILBAO): La Hostia... qué Txuleta !!!!!

Para no perder las “buenas costumbres” y como no podía ser de otro modo, este 5 de enero hay que celebrarlo como es debido. Así que mejor en uno de mis preferidos.  Pensaba que iba a ser un día complicado, no lo es tanto. Imagino que el hecho de ser martes ha hecho que muchos piensen que no estaría cerrado. Hoy le soy “infiel” a “mi mesa”. La espalda de Aran no está para muchos trotes y mejor no forzar. Así que nos acomodan en una de sus estupendas mesas de madera de “buen calibre”. Silla para ella, asiento acolchado para mi.


Dejo que mi compi eche un vistazo a su carta. Los nombres de los platos tienen “su aquel”. Mientras tanto hoy descubro, gracias a esa carta una cosa que no sabía. El Aliron de nuestro Athletic que tiene historia propia.

He visto que en su carta de vinos aparece una cosa que no he visto nunca. Un ribeiro del que no me suena su nombre. No es de extrañar pues compruebo que la bodega nace en 2013. Concretamente en Ourense, a orillas del Miño. Preciosa etiqueta, obra del fotógrafo gallego Alberto Martí. En ella aparecen tres personajes de la época, El “rico”, el párroco y el “pobre”. Algunos piensan que sí pero tampoco ha cambiado tanto el asunto. Al menos ahora los pobres podemos probar cosas como estas y no son ya tan solo privilegio de unos pocos.

 La botella, de estilo Borgoña, de vídrio ahumado. Uva Treixadura y conservado sobre sus lías. Un vino que me ha sorprendido gratamente. Evidentemente a mi chica no le ha hecho tanta gracia. No es ese sabor afrutado sin más. Tiene clase. Un sabor distinto a lo habitual. A mi sí que me ha encantado. Su nombre: Ramón Do Casar, cosecha 2014. Creo que me lo apunto.


Perfectamente aconsejados por el camarero que nos atiende, uno de los “jóvenes veteranos” del local, decidimos compartir tres platos.
Nos obsequian primero con una crema de calabaza que ayuda a entonar un poco esos destemplados cuerpos.
El pan ha sido uno de los protagonistas. El panadero creo que “me conoce”. Corteza crujiente a más no poder. Me encanta. Esperemos que estos maltrechos dientes aguanten una temporada más. Riquísimo.


Comenzamos la cena con unos riquísimos Raviolis de bosque otoño con pomada de champiñón. Vienen acompañados de un vasito de capuccino de avellanas que está para comérselo con cucharilla y que bien pudiera ser un postre. Probamos cada cosas por su lado y después hacemos la mezcla. Me gusta que se note el sabor de la pasta. A pesar del excelente acompañamiento que no enmascara el producto. Muy conseguido. Si la que tengo delante disfruta así con lo “especial” que es, señal de que esto está muy rico.


Detallazo de emplatarnos todo individualmente y en raciones que bien pudieran parecer enteras. Gracias me hace cuando leo por ahí, en esas páginas “demasiado abiertas” a la opinión, de que aquí racanean con las raciones. Pues si esto es racanear, ¿qué será? La generosidad……..
Pasamos al Sukalcook de guisos largos a la bizkaina. Carrilleras y callos. Te dan la opción de que elijas el ingrediente principal. Por la que me acompaña, lo de los callos queda descartado así que nos decantamos por unas estupendas carrilleras. 

Tienen el detalle de obsequiarme con algún callito de compañía. Acompaña al plato una especie de crema con un sabor más que intenso. Por sí sola es de “complicado” sabor pero al mezclarla con la salsa el resultado es muy agradable. Para Aran esto ya es demasiado. Valiente sí pero hasta cierto punto. A mi sí que me ha gustado por lo original y por lo arriesgado.


En cuanto lee lo de txuleta no puede evitarlo así que finalizamos la parte salada con el Taco de Txuleta de la Hostia con patata y pimientos rojos asados. Por supuesto ella pide que se la pasen un poco más. Carne de excelente calidad. Muy tierna pero a su vez con muchísimo sabor. Volvemos a no estar de acuerdo pero eso me favorece. Esa grasa que ella es incapaz de comer me la “dona”. Qué placer cuando mezclas la parte magra con la grasa. Esto es como comer paletilla pero a lo grande. Muy buena. Estupenda. Los pimientos están a la altura y la patata idem de idem.


Mientras yo salgo a la calle a echar un poco de humo,  nos obsequian con un postre que no habíamos pedido. Un Brownie de chocolate acompañado de un helado color rosa. De primeras digo que es un sugus de fresa. Luego digo que me recuerda a un “palote”. De Juan a Pedro……… Pues tampoco ando tan mal de paladar. Efectivamente la idea es que sepa a sugus. Pues sabe.


Y terminamos con dos raciones tremendas de Torrija con helado. Esta vez, se llame como se llame, me sabe a caramelo de café con leche o algo muy similar. Hay que reconocer que Diego es un verdadero artista en lo que a hacer helados se refiere. La torrija está jugosa y riquísima. Tal es la cantidad que incluso un servidor tiene que dejar un poco en el plato. Hemos cenado casi en exceso. Pero como dice el otro: “ande yo caliente”…….


Con un rico cortao y una infusión damos por concluida la velada. Tranquilo ambiente. Restaurante de mucho éxito en la capital. Son ya unos años de rodaje y les va bien. Seguiremos siéndoles fieles, se lo merecen.


Sin contar el vino, hemos salido a 40 euros por persona que me parece, como siempre, una estupenda relación calidad-precio. Su página web: www.bascook.com

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