9 de junio de 2014

RESTAURANTE LAUA (Langarika): No sólo de lo gastronómico vive el hombre.

El comer y el beber siempre han sido un nexo de unión entre las personas. Y más aún en nuestro entorno. Qué mejor sitio que una buena mesa para compartir historias, risas, complicidades…..  Si esas mesas hablasen….

Es por tanto que hoy esto va a ser “demasiado” largo y que a más de uno no le interesará en exceso pero hay comentarios que van más allá de lo puramente gastronómico.
Gracias a un afición común he tenido la oportunidad de conocer a personas de diferentes procedencias, pero el “roce hace el cariño” y evidentemente siempre terminas teniendo mejor rollo con los que puedes compartir más momentos.


De vez en cuando decidimos juntarnos y darnos un pequeño o no tan pequeño homenaje y hoy tocaba. La elección de los encuentros se prepara, un tanto “anarkikamente” en las “reuniones” posteriores a la comida. Cuando el “líquido” ingerido ha sido más que suficiente y los ánimos están en su mejor momento.


De esta salen, no una, más bien dos o tres quedadas posteriores. Tengo una pequeña preocupación y es que últimamente el líquido elemento gana la batalla a lo sólido en asuntos de elección de locales. Debería pesar lo mismo un kilo de pescado que un kilo de vino. :-)

Nuestro anfitrión era hoy Josean, el alavés por excelencia y justo era que fuese su terreno el elegido para nuestro encuentro. El restaurante visitado ha sido uno que ya conocía él pero que su “conejillo de índias” había catado recientemente: El Laua. Ya está comentado en este blog esa experiencia y la verdad es que fue muy sorprendente y satisfactoria. Y hoy, incluso, a mi entender, ha sido superada.


Después de algún que otro “imprevisto” en la capital a cuenta de pequeños problemas con la ubicación física de dos de nuestros amigos, nuestro anfitrión que hoy también hace de chófer y tras una pequeña parada para recoger a su chica, nos acercamos hasta este pequeño pueblo donde está ubicado el restaurante.

Allí, con puntualidad inglesa, nos esperan dos de nuestras “nuevas adquisiciones”, una pareja del mismo Bilbao. Juanjo y Bego. Dos estupendos “txabales”, que han sido los últimos en unirse a este variopinto grupo. Y que consideramos “fichajes” de altísimo nivel ( no sólo por el tamaño) y cuya “clausula de rescisión” es muy elevada para evitar su evasión.
Allí, curiosamente vemos a dos “personajes” que al parecer vienen de “picnic”, ataviados con indumentaria veraniega y pertrechados con artilugios domingueros.

Pasamos directamente a la mesa. Ya he descrito este pequeño y sorprendente restaurante que no esperas ni con mucho, encontrar en un pueblo así. Con capacidad para unos 36 comensales, mesa muy bien vestidas y todo de excelente calidad.



Nuestra mesa está preparada y lo primero que hacen es “acomodar” al fresco las botellas aportadas puesto que su “viaje" hasta aquí no ha sido el más indicado.
Se realiza el reparto de los comensales, teniendo muy presente que concretamente dos de ellos han de sentarse juntos. Ellos, hasta bien entrada la comida, han estado “ausentes”. En su mundo. De vez en cuando, el que suscribe, acercaba un poco la oreja y efectivamente comprobaba que la conversación versaba en torno al mundo……… “vinícola”. Que si la uva tal, que si la bodega cual, que si la añada…….. Después, una vez agotados más o menos los temas pendientes, han intentado hacer una incursión, además “a saco” en nuestro entorno pero les “hemos parado los pies”. J


Lo primero me gustaría destacar que los vinos los hemos aportado nosotros, unos por la generosidad de alguno de nuestros amigos y un par de botellas elegidas para la ocasión y pagadas a escote.

Y destacar que el restaurante ha cambiado con cada vino las copas, copas de excelente calidad y tamaño y cuyo precio de descorche me ha parecido casi irrisorio. 18 euros en total teniendo en cuenta que han sido unas 50 las copas utilizadas para toda la comida.
Puestos a destacar, hacerlo así mismo con el servicio que ha sido impecable en todo momento por parte de las dos personas que nos han atendido. Un aplauso para ellos que nosotros podemos ser incluso un “poquito” pesados. Eskerrik asko por vuestra paciencia.


Comienza aquí el recorrido de ese menú del que tan buen recuerdo tenía yo y que ha “sufrido” algún que otro cambio y a mi gusto uno muy importante, el tamaño de las raciones. La última vez salí con la sensación de haberme cenado un buey entero, hoy he salido muy satisfecho pero sin esa sensación de hartazgo que tan poco que gusta.

Otra cosa que me gustaría destacar es que en este tipo de evento y dado que uno quiere estar a todo, no presta el debido interés a la comida en sí. No está uno lo suficientemente atento y hay platos que comes, disfrutas, pero que no eres capaz de analizar debidamente pues estabas a otra cosa. Así que hoy la descripción de los platos será muy superficial.


Comenzamos con Canelón de foie y mangoUn plato original y sobre todo muy fresco, de los que preparan el estómago y las papilas gustativas para lo que viene a continuación. Empezamos bien.




Nos llega el Cappuccino de Mejillón tigre. Este plato, más bien esta taza a modo de cafecito, es de un sabor impresionante.

 Potencia sápida a más no poder. Sabe a lo que es, es como comerte una crema de marisco potente. Un plato hondo con cuchara sopera me comía yo bien gustoso. Excelente.



Para acompañar los dos primeros platos hemos bebido la primera propuesta, una de las dos que más me ha gustado de toda la cena. Soy de gustos un tanto “especiales”. 

Un Vouvray Petillant brut 2009. Burbuja muy integrada, apenas perceptible. Buena nariz y excelente paso por boca. Buena elección para comenzar.

Continuamos con Xorta de cigalas e infusión de soja y jengibre.
   Curiosa presentación que me recuerda a más de un restaurante asiático. De nuevo mucho sabor, untar y untar en la salsa.



La hora del….”bokata”. Bocadillo de txistorra. Curiosa y graciosa idea de algo que lo mejor es comer con las manos. Si no sois demasiado “finos”. Me ha encantado.


El maridaje de estos dos platos se ha hecho con un curioso vino “blanco” que no lo es. 


Elaborado con uva tinta. Según mis expertos acompañantes, deberíamos haber dejado que respirase un buen rato. La nariz de primeras es…. ¿difícil? Pero curiosamente al poco me recuerda a la sidra. Un vino del Empordá, un Cosmic Confiança 2013. Me permito aquí el lujo de copiar integramente la nota de cata de Sergio que es a fin de cuentas el “padre” de la criatura:

“De color piel de cebolla con destellos cobrizos, ligera turbidez, finas burbujas de carbónico y lagrima de gran densidad.
En nariz se aprecian aromas cítricos, de fruta blanca y roja, de sidrería, notas minerales, una cosa muy rara y compleja.
En boca tiene una entrada fresca, cítrica, con una excelente acidez y un postgusto de medio recorrido con recuerdos de sidrería y un final amargoso.”


De nuevo un plato ya probado pero no por ello he disfrutado menos: Taco de costilla con praliné de almendras. Buen punto de la carne, seguimos con los sabores potentes y las "compañías" originales y acertadas.




Le llega ahora el turno al plato que más desapercibido ha pasado del menú.





 Dim Sun de pescado y marisco.
 

         El problema era que necesitaba un toque de potencia gustativa. Más de uno hemos coincidido en que un par de cucharadas de esa crema de mejillón tigre hubiesen subido algunos enteros en la preparación.

Regados estos platos con un albariño Contraaparede . Buen color, muy dorado. Intensa nariz, sin duda. Fruta madura. Acidez más que correcta y una boca que me envuelve. De trago largo, aguanta en boca. Una pena que no haya más.




Pasamos ahora a degustar un plato de los que a mi me encandilan, de los que comería una y otra vez, de los que a mi entender tienen todos los componentes para ser un verdadero éxito y que, como no, hoy ha vuelto  a triunfar Huevo con hongos y jamón   para untar pan sin conocimiento. Hurra.



Ya estamos un tanto “revueltos”, las conversaciones saltan de unos temas a otros, ahora contigo, luego con aquel….. pero volvemos a coincidir en que el punto del pescado es excelente, tanto la carne como la piel. Muy rico, muy bien preparado y muy bien elegida la compañía para él. Merluza al horno sobre txangurro y breska
 


Aquí hemos pasado a un tinto. Yo de tintos…….. Un Crozes-Hermitage 2012.


Un servidor y a sabiendas del riesgo que corro de ser “agredido”, pido una botellita de refresco con burbujas para prepararme una de mis bebidas favoritas.

Pues señores y señoras y además con el beneplácito incluso de los menos “comprensivos”, descubro uno de los mejores kalimotxos que he probado jamás. Está impresionantemente rico.  
      
 Será “pecado” como dicen algunos pero otros “pecados” más graves se cometen y no se rasgan tantas vestiduras. Cojonudo. Hubiese yo "maridado" todo el menú con este preparado. 

La vez anterior me encandiló y hoy ha vuelto a hacerlo. Este txupito de mojito está de muerte. Repito que no soy de mojitos pero este tiene algo especial. Rico no, lo siguiente y además te deja el cuerpo como “repuesto” para continuar. “txapó”.




Si por mi fuese, aquí empezaría con los postres pero han decidido que ese txupito tiene que hacer su efecto y dejarnos sitio aún para algo más en el apartado salado. 



Crepineta de rabo y chutney de ciruelas nuevamente buena textura de la carne y con mucho sabor. Rica la salsa.


Estos platos han sido regados por un blanco que no me ha gustado demasiado y que mi compañero de mesa que conoce mis gustos casi mejor que yo mismo, sabía que no iba a ser de mi agrado. No obstante al parecer ha resultado muy rico para los demás. Yo no sé estar a vuestra altura. 

Un Domaine de Montbourge l´etoile. Descaradamente me parece una manzanilla. Demasiado seco para mi. Lo intento pero no puedo. Una pena no saber disfrutar de vinos que al parecer, como  éste, son de un nivel un tanto superior. Bueno, no hay mal que por bien no venga, así algunos tienen más.

Ahora ya sí, ya va siendo hora. Allí que vuelve a aparecer la “lámpara mágica”, en forma de una  Macedonia de frutas, sorbete de cítricos y algodón de violetas
 Tremenda la originalidad del plato, frescura a raudales. Entra sólo.



Y ya llegamos al último acto en forma de Milhojas de hojaldre, toffe y helado de chocolate  Hambre ya casi no tienen ni los “pekes” del grupo Yo soy el que menos aguante tengo pero también a tener en cuenta que soy el más “txikito” a pesar de ser el más “veterano”.
Rico postre, goloso pero con ese chocolate un tanto “amargo” que combina estupendamente con el hojaldre. Perfecto final para semejante “actuación”.





Aquí nos pasamos ya a los vinos más dulces, en primer lugar un Le Haut- Lieu. Demi-sec 2003. Vouvray. No es un verdadero vino dulce. Como dice alguno que yo se, no es un “pastoso” de ésos que yo bebo. Pero está rico. Se deja beber bien gustosamente. Una pena que no llegue para más.

Y como me cuidan muy bien y saben que necesito algo más “dulzón” pues solicitamos al restaurante algo para rematar la jornada y disfrutamos de una botellita de Sabletes Saurterner 2008 que ya es un viejo conocido. Aquí la pena es doble por el tamaño de la botella pero bueno ya no es que mucha sed tengamos precisamente.

Unos cojonudos cafés, todo hay que decirlo, que hacen que incluso más de uno repita. Muy ricos y los “cortaos” como deben de serlo. Poca leche y sabor a café.
Algunos “necesitan” refrescarse, otros no podemos permitirnos el lujo pues el volante obliga. Así que se piden unos estupendos GTs, preparados “in situ” con carro y campana de nitrógeno líquido incluida.



Increiblemente la hora ha corrido mucho. Hay que permitir que esta gente descanse que a la noche tienen otra “tacada”. El precio del menú degustación es de 55 euros IVA incluido. Me parece una de las mejores rcp que conozco. Merece y mucho la visita a este local.

Su página web:  www.lauajantokia.com       Prometemos volver.

 En la puerta, con pocas ganas de marchar, se abre el “debate” de próximas quedadas. Esto es un “vicio”, cada vez más difícil de quitar y mucho menos si lo que pretendes es todo lo contrario.



Volvemos a dividirnos y en nuestro “taxi” particular, con un chófer que ahora está más contento aún, nos dirigimos a Gasteiz unos y a Bilbo los otros. Hasta la próxima, que esperemos sea no muy tarde y que esperemos sea del mismo nivel que esta.

Allí dejo a los “tres mosqueteros” que aún tienen que acomodarse y además ellos, más valientes que el resto…. o más “osados” tienen aún que compartir mesa y vinos. Juventud, divino tesoro.

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