22 de junio de 2017

RESTAURANTE ZARATE (BILBAO): Una "Noche Blanca" bien "aliñada".

Me quedo con esta frase que realmente es acertada: “Estoy en esa edad en las que todos los que tienen la mía me parecen mucho más viejos”. Hoy había que poner la guinda a las celebraciones, así que había que elegir bien.


Reservé sin saber que hoy era la “Gau Zuria” (Noche blanca) de la capital así que, con la maravillosa temperatura que hace, el gentío es destacable. Me gustaría saber donde narices se mete toda esta gente el resto de los días. Quizás si nos animásemos un poco….. Aprovecharé hoy para mezclar un tanto la vivencia de la cena con la vivencia posterior del largo paseo por la capital para ver los extraordinarios trabajos de luz muy bien “kurrados” por los técnicos.

Así que a una hora decente, nos acercamos al que es, sin duda, uno de mis restaurantes favoritos y al parecer también de unos cuantos más. Lleno el local. Me sigue sorprendiendo ver a Alvaro, el sumiller, tan “formal”. Pero no todos son tan “gamberros” como uno y hay que guardar las composturas.

Restaurante muy descrito ya, con un perfecto entorno y un servicio muy profesional y amable. Cocina de alto nivel, con producto de primerísima calidad. Aquí se viene a lo que se viene.
Destacar como siempre la variedad y calidad de los panes que te ofrecen, a cada cual mejor.

Un aperitivo para abrir boca que estaba delicioso. Le comento a Alvaro que prefiero algo espumoso y nos ofrece un vino que no había probado jamás.
Domaine Huet Petillant. Uva chenin blanc. Vino de Loira. Doce grados. Un espumoso con mucha burbuja, muy fina. Un vino muy suave, con estupendos aromas a frutas, como la manzana o la pera. Muy agradable de beber, casi demasiado. Para los amantes del espumoso pero que no soportan ese amargor de algunos cavas o champanes. No obstante la acidez es reseñable. Un vino que bien pudiera ser un primer paso en el mundo de los espumosos.  Diría que un vino para “todos los públicos”.
Una ración de almejas. Simplemente excelente calidad y simplemente excelente manera de tratarlas, poco más que añadir.

Qué decir de los langostinos que nos hemos metido entre pecho y espalda. Tres por persona, calibre XL. Cojonudamente sabrosos.

Arantza se decide por el rape con patata panadera. Pues más de lo mismo. Diez al pescado, diez a la cocina.

Yo, mira que soy “cansino”, me voy de cabeza a ese plato que conocí en otra ocasión y que me marcó para siempre. Los callos de bacalao a la bizkaina. El rato que paso yo con semejante plato es para verme. Que finura, que maravilla culinaria. A dos manos y me repito, como diría el señor “Leo Harlem”…. Para perder el reloj untando la salsa.

Hoy mi chica no quiere postre, ni siquiera
“torrija". así que yo, que dispongo aún de un pequeño espacio, me pido media ración de ….. kokotxas al pil-pil. Remate genial para una cena perfecta. Para los callos, una copita Privat laietá Reserva Brut Nature que cumple más que sobradamente con el objetivo marcado.
Un cafecito, una infusión y hoy que no conduzco, me puedo permitir un PX para rematar la noche. 90 euros por persona de los cuales 25 son de vino, así que genial resultado final.


Nos vamos, sin prisas, paseo tranquilo pero sin pausa por la ría, por los sitios emblemáticos de nuestro maravilloso Bilbao. Os dejo alguna foto de las preciosidades que hemos contemplado. 


Eskerrik asko a todos por haberme hecho sentir, a pesar de la carga que ya pesa, que hay gente que se acuerda de uno.


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