7 de mayo de 2016

RESTAURANTE LAURAK (LAUDIO): Carne... roja. Vino....blanco.

Noche un tanto “rara”. Mañana es fiesta en Araba. El patrón. Hoy los cocineros y soldados con sus tambores, tocan la retreta de San Prudencio.
No suele ser un día demasiado “movido” en este pueblo. Bueno, ya no sé si hay alguno. El ambiente deja mucho, más bien muchísimo que desear.


Quedo con mi hijo para tomar algo y sin ideas predeterminadas pero como siempre, mejor cenar algo con consistencia. Como tengo un vinito blanco que quiero degustar, nos acercamos a una de las pocas opciones existentes de noche, el Laurak. Llamo para pedir permiso para llevar la botella y a preguntar si tienen alguna txuleta por allí.


Para hacer un poco boca nos metemos un plato de ibéricos con un buen pan casero, en este caso el del caserío de Olariaga que ya he probado en muchísimas ocasiones.
Como he tenido el vino en la nevera, su temperatura es suficientemente fresca y no precisamos de hielos. Buenas copas que siempre parece que incluso mejoran el sabor del líquido elemento.

El vino en cuestión es un Valserrano Premium Gran Reserva 2008. Un vino que está criado durante 28 meses en barricas de roble francés. Variedades Viura y Malvasía. De color amarillo intenso. Nada más meter la nariz percibo que me va a gustar. Ese toque de madera está presente pero “sin abusar”.
Tiene volumen, como me dicen algunos, parece que masticas el vino. Este tipo de vinos invitan a ello. A degustarlo sin prisa. Despacio. Además este vino mejora con el paso del tiempo. Incluso mi hijo dice que le va gustando más.
Postgusto bien largo, estupenda acidez. Incluso Manu, el propietario se anima a probarlo. No son vinos de su gusto. Dice que “parece un coñac”. J
Creo que es un vino que tiene todavía tiempo de mejora pero que se puede disfrutar en este momento de manera más que satisfactoria. Rico de ganas.

Nos acercan la primera de las txuletas. En piedra caliente. Con sus pimientos y sus ricas patatas fritas caseras. De unos 700 gramos. Estupenda carne en su punto. Estupenda temperatura y textura. Yo la disfruto con su grasa puesto que mi compañero no se anima aún a hacerlo. Yo pienso que se pierde algo pero ya llegará con el tiempo a disfrutar como su padre.


Como no somos de mal saque, nos animamos con otra, les pido que sea un poco más pequeña y que no nos saquen patatas que ya vale.
En esta ocasión la carne sale menos trabajada. Es normal puesto que no les hemos dado tiempo. Parece incluso más tierna, con menos sabor. Seguro que es de la misma vaca pero el trato ha sido distinto.
De todos modos allí no queda ni el recuerdo. Los pimientos correctos y la cesta de pan que desaparece por encanto.



Quedan un par de copas de vino así que un poco de queso nos ayudará a terminarlo. Dos distintos uno castellano , el otro Idiazabal. Ambos estupendos. Incluso le hago “trampa” al txikito y le “engaño”. No es fácil diferenciarlos con los ojos cerrados. 

Un cafecito y abonamos la cuenta que ha sido de 63 euros.



Nos vamos al pueblo a tomarnos un par de GT. Los tambores ya suenan pero tenemos tiempo hasta media noche que es cuando “rematarán” el desfile. Una pena el poco ambiente. Cuatro y un…. bueno en este caso muchos tambores. Pues hemos pasado bien la velada. Gora San Prudentzio!!!!!!!!!!!

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