22 de mayo de 2016

KILOTERDI TXOKOA. HOTEL ELLAURI (Altzusta-Zeanuri): Ordago a la grande.

Hoy hemos tenido un día veraniego y que mejor ocasión para hacerles una visita en ese paraje inigualable del entorno del monte Gorbea  a nuestros “viejos” conocidos del Kiloterdi.


El sitio es precioso. Entorno verde, preciosos caseríos y algunos ya más “elegantes”. Campas, montes, ovejas, caballos, árboles…… Mires donde mires naturaleza en estado puro. Incluso algo de nieve queda.
Nos reciben Kepa y Randa con su simpatía habitual. Como si nos hubiésemos visto ayer.
Nos dan a elegir entre la terraza exterior y el comedor interior. Hace demasiado calor y quizás estemos mejor dentro. Acertada elección.


Como venimos con la idea de comer “un poco” de carne, les decimos que no nos llenen demasiado los estómagos. Allí que aparece Kepa con la pieza de carne. La madre del amor hermoso. Aunque el txikito está un poco delgado, podéis ver el tamaño de la susodicha. Así como la veis pesa mil ochocientos gramos de nada.  


Así que ahora sí que tenemos muy claro que no queremos llenarnos antes de tiempo. Comenzamos con un aperitivo en forma de pequeña hamburguesa preparada al estilo tradicional libanés y con la carne que vamos a degustar después. Creo que el nombre de semejante preparación es kafta. Que me corrija Randa si he metido la pata. Con el toque clásico de sus especias y con una salsa de yogur que está cojonuda.




He pedido el permiso correspondiente y llevo el vino. Un alvarinho Dorado superior 2005.

 He disfrutado inmensamente de añadas anteriores pero algo ha pasado con esta botella que nos ha dejado un tanto desangelados. No tenía la potencia de otras y tenía un toque un tanto peculiar que no soy capaz de describir pero que nos ha hecho no gozarlo en su justa medida. No puedo decir, ni por asomo que estaba malo, no. Pero no era lo que esperaba. Además mi hijo y Kepa me lo confirman.




Continuamos siendo comedidos y nos sacan una ensalada de tomate y bonito con un poquito de cebolla y un aliño que se merece unas buenas “untadas”. Curiosamente y no estando aún en tiempo de tomates, el que degustamos está de muerte. Dice Randa que Kepa ha encontrado un sitio que no nos va a desvelar en el que los venden de “aquesta guisa”. Además mi hijo y yo nos llevamos bien para el reparto, él es más de tomate y yo más de bonito, Sin “hacer ascos” al resto, eso sí.


Y nos llega el turno de darnos el homenaje. Acompañado por unos pimientos rojos asados y una ensalada de lechuga aliñada en la que se descubren toques de la parte femenina del local, allí que aparece el  SR. Txuleton.


Tenemos a nuestra disposición una especie de pequeña plancha para darle el toque de calor apetecible. La carne nos gusta más bien poco hecha pero si se enfría pierde totalmente el encanto en mi modesta opinión.


Poco a poco vamos dando cuenta de ella. Está cojonuda, sin más historias. La procedencia es “secreta” aunque supongo, sin duda alguna, que de muy lejos no será precisamente.
La grasa estupendamente integrada en la carne. Además se deja comer con gusto. El txikito hace “sus pinitos”, intenta mezclar pero.... si a fin de cuentas con el buen jamón haces lo mismo......


A mi no me dejan elegir postre, Randa ha preparado algo que sabe que me gusta mucho y además hoy lo ha hecho de manera un tanto especial. Una mousse de limón que da hasta pena empezar a comerla. Lleva su toque de naranja y algún que otro regalito por ahí que no he conseguido identificar. La textura perfecta, quizás para que nos entendamos la tiene de yogur griego. Está muy pero que muy rica.


Ioritz le echa un vistazo a la botella de vino y como queda para una buena copa se permite el lujo de pedir media ración de queso. Mira que le gusta. Así que lógicamente un Idiazabal de la zona, eso sí, sin compañías que el membrillo es un alimento “prohibido” en su dieta. No lo ha soportado jamás. El se lo pierde pero sobre gustos……..


Un cafecito de puchero para mi.  Que sale a temperatura café de puchero, es decir…. Ardiendo. Está a mi gusto. Una pena que no sea capaz de disfrutar como se merece del “verdadero café” libanés. Igual con el tiempo me voy haciendo a ese intenso sabor.


Charla en “familia” con los protagonistas de la velada. Buena gente, con muchísimas ganas, peleando a diario con esta época que nos ha tocado vivir. Lo hacen bien, lo hacen muy bien. Su público, sobre todo en el hotel, es de procedencias muy diversas.  Yo desde luego que os recomiendo que visitéis este sitio. Comer vais a comer de madre y las vistas bien merecen la visita. Además os van a tratar inmejorablemente.


90 euros han tenido la culpa. Creo que casi la txuleta los vale. Así que me parece un precio muy justo para lo que hemos comido. Lo dicho, volveremos. Su página:  www.ellaurihotela.com

13 de mayo de 2016

RESTAURANTE UTZINE (LAUDIO): Estupenda PAnTXIneta.

Tiempo ha que no visitaba a Patxi. Esos horarios nocturnos y el poco meneo que hay en este pueblo los fines de semana noche complican mucho las cosas.


Hoy nos hemos juntado algunos compañeros de “fatigas” para despedir a un “suertudo” que ha tomado el camino de la jubilación. Menudas ganas que tengo yo de pillarla. Aunque a este paso la cosa no va a ser fácil precisamente. Distintas edades, distintos trabajos pero unidos por el asunto “montañero”.


El restaurante tiene clientela muy habitual. Realmente Patxi hace las cosas muy bien. El local es agradable. Buenas mesas, trato muy profesional. Es un sitio estupendo para tomar un menú del día un poco más trabajado y por un excelente precio. Ambiente muy tranquilo en general. Comensales más de oficina que de buzo. Pero sin tonterías.

El organizador del evento ha optado por un menú especial que ofrece el restaurante. Así que desconocemos su contenido.
Decir que las mesas están muy bien vestidas y que las copas son correctas. El pan, casero, está bien rico, Además nos sacan también uno integral. Hemos repetido varias veces. Somos muy, pero que muy paneros.
Para beber, la mayoría han optado por el crianza que ofrecen Ni foto le he hecho. Que poco “amigo” soy de los vinos tintos…..
Yo me pido una de txakoli. Concretamente un txakoli de Artomaña. Eukeni. Ligero carbónico. Afrutado. Fresco, tiene buena acidez. Alguna copa que otra ya “me roban” los que no “quieren” vino blanco.



El menú es de corte clásico. Creo que en general la gente prefiere estas cosas más... "conocidas". Creo que tanto el cocinero como yo hubiésemos disfrutado más "jugando" un poco con los fogones pero.... Comenzamos con una ensalada de rulo de cabra. Fresco comenzar. Lechugas y tomate, con frutos secos. He tenido “suerte” y no hay demasiados amigos del queso así que me pongo las botas.


Pasamos a unos langostinos pero bastante distintos a los habituales. Pelados, cocinados y con una riquísima salsa que les da un toque muy especial. Aquí ha habido que “pelear” un poco más para no perder la ración. Cojonudos para untar pan que es lo que un servidor ha hecho.


Le toca el turno a la merluza. Buen punto del pescado. Buena ración. En esta ocasión también tiene mucho protagonismo la salsa. Apetecible al cien por cien.


Y como colofón a la parte salada disfrutamos de un estupendo entrecot acompañado de unos riquísimos pimientos rojos asados y de una bola de puré de patatas. Cada cual ha podido elegir el punto de la carne. La mayoría somos de “al punto”. Pues así se presenta. Jugosa, sabrosa. De excelente calidad. Y además buena ración.


Patxi también sabe trabajar bien los postres. Uno de “mis postres para el recuerdo” provenía de este restaurante y hoy ha sido muy similar. Una pantxineta muy, muy rica acompañada de una bolita de helado con un toque de mango. Ración muy pero que muy generosa pero en esta ocasión nadie ha querido “compartirla”. Señal de que no tenía desperdicio.


Unos ricos cafecitos y una tranquila charla sobre asuntos variados. El recién jubilado nos pone los dientes largos con el ritmo de vida que lleva disfrutando con su flamante Harley de buenos viajes por Europa.
Algunos tenemos que seguir en la brecha unos años aún. Quizás lleguemos a esas “vacaciones” merecidas tras “demasiados” años de vida laboral. Con las ganas que tienen los jóvenes de trabajar bien pudieran jubilarnos diez añitos antes.


Pues sin más, que disfrutes de tu jubilación durante muchos años, Jose Manuel.

Creo que el precio del menú ha sido de 35 euros por persona que me parece muy acorde a lo degustado. Buena cocina de un cocinero que lleva muchos años entre fogones. 

7 de mayo de 2016

RESTAURANTE LAURAK (LAUDIO): Carne... roja. Vino....blanco.

Noche un tanto “rara”. Mañana es fiesta en Araba. El patrón. Hoy los cocineros y soldados con sus tambores, tocan la retreta de San Prudencio.
No suele ser un día demasiado “movido” en este pueblo. Bueno, ya no sé si hay alguno. El ambiente deja mucho, más bien muchísimo que desear.


Quedo con mi hijo para tomar algo y sin ideas predeterminadas pero como siempre, mejor cenar algo con consistencia. Como tengo un vinito blanco que quiero degustar, nos acercamos a una de las pocas opciones existentes de noche, el Laurak. Llamo para pedir permiso para llevar la botella y a preguntar si tienen alguna txuleta por allí.


Para hacer un poco boca nos metemos un plato de ibéricos con un buen pan casero, en este caso el del caserío de Olariaga que ya he probado en muchísimas ocasiones.
Como he tenido el vino en la nevera, su temperatura es suficientemente fresca y no precisamos de hielos. Buenas copas que siempre parece que incluso mejoran el sabor del líquido elemento.

El vino en cuestión es un Valserrano Premium Gran Reserva 2008. Un vino que está criado durante 28 meses en barricas de roble francés. Variedades Viura y Malvasía. De color amarillo intenso. Nada más meter la nariz percibo que me va a gustar. Ese toque de madera está presente pero “sin abusar”.
Tiene volumen, como me dicen algunos, parece que masticas el vino. Este tipo de vinos invitan a ello. A degustarlo sin prisa. Despacio. Además este vino mejora con el paso del tiempo. Incluso mi hijo dice que le va gustando más.
Postgusto bien largo, estupenda acidez. Incluso Manu, el propietario se anima a probarlo. No son vinos de su gusto. Dice que “parece un coñac”. J
Creo que es un vino que tiene todavía tiempo de mejora pero que se puede disfrutar en este momento de manera más que satisfactoria. Rico de ganas.

Nos acercan la primera de las txuletas. En piedra caliente. Con sus pimientos y sus ricas patatas fritas caseras. De unos 700 gramos. Estupenda carne en su punto. Estupenda temperatura y textura. Yo la disfruto con su grasa puesto que mi compañero no se anima aún a hacerlo. Yo pienso que se pierde algo pero ya llegará con el tiempo a disfrutar como su padre.


Como no somos de mal saque, nos animamos con otra, les pido que sea un poco más pequeña y que no nos saquen patatas que ya vale.
En esta ocasión la carne sale menos trabajada. Es normal puesto que no les hemos dado tiempo. Parece incluso más tierna, con menos sabor. Seguro que es de la misma vaca pero el trato ha sido distinto.
De todos modos allí no queda ni el recuerdo. Los pimientos correctos y la cesta de pan que desaparece por encanto.



Quedan un par de copas de vino así que un poco de queso nos ayudará a terminarlo. Dos distintos uno castellano , el otro Idiazabal. Ambos estupendos. Incluso le hago “trampa” al txikito y le “engaño”. No es fácil diferenciarlos con los ojos cerrados. 

Un cafecito y abonamos la cuenta que ha sido de 63 euros.



Nos vamos al pueblo a tomarnos un par de GT. Los tambores ya suenan pero tenemos tiempo hasta media noche que es cuando “rematarán” el desfile. Una pena el poco ambiente. Cuatro y un…. bueno en este caso muchos tambores. Pues hemos pasado bien la velada. Gora San Prudentzio!!!!!!!!!!!