30 de octubre de 2015

1ª EXPERIENCIA VEREMA EN BILBAO CON AVITUALLAMIENTO EN EL GURIA.

Ültimamente estamos la “cuadri” un poco “perdidos” y cualquier ocasión es buena para juntarnos y ponernos  al día. Estos chicos están más tan ocupados……Tienen esa “mala edad” de cuidar criaturas.
Además tenía yo muchas ganas de acudir por primera vez a un evento organizado por la página que me ha permitido contar mis historias “restauranteras” y a su vez, conocer a un montón de gente. Algunos ya amigos del alma.



Una pena la ausencia de alguno que por uno u otro motivo no ha podido acudir. Otra vez será. Hay más días que longanizas. O eso dicen al menos.

El primero en hacerme compañía es Juanjo, un “pequeño” muchachote que ha sido el último en unirse al grupo pero que ha entrado por la puerta grande. Por la pequeña difícilmente podía hacerlo.

No soy un “friki” de los vinos, me gustan, sobre todo los blancos y los dulces y también un buen cava o champagne. Así que no voy a hacer valoraciones ni nada parecido. Esto va más a la experiencia humana en sí.


Nada más entrar nos damos de bruces con unos medio paisanos míos. La bodega Txakoli de Astobiza donde unos cuantos veremeros y amigos nos dimos un señor homenaje hace ya un tiempo. Buena gente y buenos vinos.



Se nos une una txikita que trabaja en el mundo de la hostelería y a la que he tenido el placer de conocer en alguno de mis restaurantes favoritos. Nos hace compañía hasta bien entrada la tarde.


Después del txakoli me apetecia beberme un cava y nos acercamos a probar uno que acaba de salir al mercado. Pero de una bodega con mucha historia. Viña Pomal.  Está muy joven aún pero creo que tiene futuro. Refrescante y muy agradable. Le daremos tiempo.

Se nos une Oscar y viene con ganas. Así que vamos difuminándonos un tanto. Cada cual un poco a su libre albedrío. 

Primera parada "importante" en un sitio de los que a mi me hacen disfrutar. Esos vinos que tantos momentos agradables me han hecho pasar en unas cuantas sobremesas. Vinos para beber muy despacio, para degustar, para ir sin prisas. Vinos trabajados que son una verdadera gozada.

Unos vinos dulces a cada cual mejor. Del primero al último para cerrar los ojos y disfrutar. Cosa que hemos hecho. Aquí volvemos a la tarde sí o sí.


Después de esto, lo que pide es refrescar un tanto la boca y Oscar nos lleva a probar una cosa curiosa pero de la que puedes beberte un litro sin darte ni cuenta. Algún “listo” dirá que esto el un vino de “chicas” pero está rico. Salvando todas las distancias que haya que salvar. No confundamos churras con merinas. Pues lo dicho, refrescante a más no poder. Casi para desayunar.


Habíamos reservado mesa en el Guria y a la hora convenida allí que nos acercamos, al final nuestra compi de hoy se anima y nos acompaña. Es importante alimentarse bien y más aún un día como el de hoy. Para picar entre todos pedimos:
Pimientos verdes fritos. Pequeño pero bien ricos, acompañados de unas patatas fritas. Desaparecen como por encanto. Se comen enteros.


Después compartimos un revuelto de setas. Somos 4 y a poco tocamos, normal. Un quitar el antojo y punto. Está rico.


Unas croquetas de las que no hacen historia. Me gustan casi de cualquier manera pero estas son bien normalitas, sin melosidad alguna.


El plato estrella de este local siempre ha sido el bacalao. Yo ya lo he probado pero mis compis no. Asi que todos se animan. Unos el llamado bacalao del chef que no es otra cosa que media de pil-pil y media de bizkaina.
La txikita se decide por un pil-pil sin más. Al parecer estaban bien sabrosos y las salsas también. Quizás la bizkaina dejase un tanto que desear, demasiado dulce para nuestro gusto. Pero desde luego que los bacalaos han vuelto a ser el mejor plato de la comida.


Yo, no puede remediarlo, me decanto por las manitas y morros. Decir que estaban albardadas y que sustancia tenían más bien poca. La salsa es idéntica a la del bacalao. Pero no dejo ni el recuerdo. Imagino que en el comedor principal y por otros precios, este plato mejorará sustancialmente.



Nos hemos bebido una botellita de agua y una de blanco, un Marqués de Alella. Como se nota que hoy no hay “demasiada sed”.

De postre y como hoy no tenemos demasiado apetito, pedimos un par de raciones para compartir.

Unas frutas templadas. No he terminado yo de entender demasiado este plato. Pero no era otra cosa que eso. 
Frutas templadas acompañadas de una crema de natillas que está rica pero que no veo yo muy allá esta conjunción.


Por otro lado una tarta que no recuerdo muy bien de que era pero que sí que está sabrosa. El acompañamiento el mismo que las frutas, una crema de natillas que realmente aquí es más lógica como compañía.


Se nos une Josean, viene en autobús desde Gasteiz. Un asunto familiar ha hecho que el día no salga todo lo redondo que hubiese deseado. Esperemos que todo salga bien. Todos los ánimos desde aquí.
Así que nos tomamos unos cafecitos y abonamos la cuenta. Han sido 129 euros en total para los cuatro. Quizás un tanto excasa hoy esa RCP.


Poco a poco nos encaminamos de nuevo a la experiencia Verema. Ahora tenemos más suerte aún. Nos encontramos con un cordobés que nos ofrece una "pequeña" degustación de unas maravillas. Unos PX que van desde los más jóvenes hasta algunos que ya tienen una edad considerable, muy considerable. Menuda oportunidad de probar unos vinos que difícilmente encontraremos.



Si antes estábamos un tanto desperdigados ahora más aún. Los diferentes gustos hacen que cada cual quiera probar una u otra cosa.
Nuestra compi nos abandona. Le reconocemos el aguante y esperamos volver a verla pronto. Gracias por la compañía.
Juanjo que tienen obligaciones de aita también tiene que marchar poco después. Por supuesto con planes para volver a juntarnos en breve.
Y allí que aguantan como campeones el par de dos. Yo a una hora prudente dejo la copa y freno. Me tomo una tónica en el bar y dejo que sean ellos, que “van con chofer” quienes sigan disfrutando. El ambiente del salón es tremendo.


Llega la hora de marcharse. La jornada ha sido “curiosa” y muy agradable. Por allí vemos a gente conocida, imagino que nos habremos cruzado con alguno al que conozcamos de escritura pero no de cara. Una pena. 


Asi que un día genial. Gracias a verema por esta oportunidad y por supuesto gracias a mis compis por su amistad. Eskerrik asko a Juanjo que ha sido hoy mi fotógrafo. Estos que tienen móvil caro....Esperemos que el año que viene podamos repetir.

25 de octubre de 2015

RESTAURANTE LA OLLA (Plaza Nueva-Bilbao): No solo de pintxos ha de vivir el hombre.

Uno se va haciendo viejo, demasiado para su gusto. Las cosas están cambiando. Las cosas son muy distintas. Y eso no le es ajeno al asunto del comer. Cada día aparecen locales que bien poco tienen que ver con los restaurantes de siempre. Sitios que premian los pintxos y el picoteo sobre lo que uno entiende por sentarse en una mesa y comer.


Y no es que no pueda uno hacer lo de siempre, que conste. También existe esa opción. Y eso es lo que yo procuro hacer.
Hoy mi compañía es un “jilguerillo”. Amaia es de poco comer y además sus bebidas preferidas son, más o menos en este orden:  Moscato, Zurrakapote, Kalimotxo y Sangría. Así que procuro elegir sitios con vinos por copas o bien sitios donde además del moscato, pueda yo también tomarme una buena sangría, por ejemplo.


Así que reservamos mesa y nos vamos a otro local de la Plaza Nueva. Buen ambiente. Repito lo que dije el otro día, hay ocasiones donde da la sensación de que “hay vida en la tierra”. Hoy ha sido uno de esos días.


El local es muy moderno, lo que se lleva ahora. He estado en varias ocasiones en su otro bar, en Diputación. Tienen unas barras de pintxos que te hacen salivar. También suelen tener opciones de vinos por copas, algunos incluso diferentes a lo más habitual. Horarios “europeos” de cierre que hará que haya muchos días en los que no me apetezca ir.


Cuando hemos llegado la zona de barra estaba a tope. Mucha gente comiendo pintxos. Nosotros hemos bajado a su agradable comedor inferior. Ultimamente parece que hay un contagio de decoración rústica. Con poco presupuesto se pueden hacer cosas bonitas. Vigas de madera, paredes blancas y unos baños que hay que visitar sí o sí. Originales, bonitos, agradables.



Lo dicho, para beber….. sangría. Una pena. Poco alcohol tiene. Es más bien light y además, a mi amiga, golosona donde las haya, le parece que tienen muy poco azúcar. Hoy que quería yo “embotijarla”. No ha podido ser.


Las camareras, totalmente diferente la una de la otra, son muy amables. Cada cual en su estilo. Una más “de siempre”, la otra más “actual”. Yo me entiendo.
Como siempre que ceno con Amaia, quiero que sea ella la que decida. No quiero luego eso de: esto no me va y te lo tienes que comer tú.
Así que comenzamos con una ensalada mixta. Con unos estupendos tacos de bonito sobre unas  buenas rodajas de tomate. Los espárragos a destacar, muy tiernos y suaves. Buenos huevos cocidos y por supuesto, ese mezclum de colores verdes y variopintos que adornan mucho y alimentan poco.
Buena ensalada, la verdad. Como no puede ser de otro modo, yo como más bonito y ella más…. Verde.


No olvidar el buen pan, en forma de dos pequeñas txapatas crujientes y que por cierto no han tenido coste adicional en carta. Cosa rara últimamente.
Después nos comemos dos buenos huevos con jamón. Esto es una de mis cenas favoritas cuando estoy en casa. Allí lo hago menos “delicadamente”. Sin ayuda de tenedores. Con buen pan casero y a dos manos. Es una delicia. Para todos los días a mi dame esto y no cocina moderna.


Me sorprende al pedir carrilleras y eso que sabía que me iba  a tocar comerme el 90 por ciento. Plato que da mucho juego y que me ha hecho disfrutar un montón el algunos restaurantes que las bordan. Aquí han tenido, en mi modesta opinión, un fallo. Creo que hay que limpiarlas bien de nervios antes de trabajarlas y no lo han hecho. Estaban ricas de sabor pero……


Y como no puede ser de otro modo, la que tiene un estómago muy pequeño para el asunto salado, parece que tiene uno de reserva para lo dulce. Mira que le gustan los postres. Tras consultar con ambas camareras, las dos coinciden. Tenéis que probar la torrija. Pues a por ella. Nos vamos a “atorrijar”. Difícil que esté mala. Como siempre hay manos y manos. Estas las dejaremos en nivel notable. Rica. Acompañada por helado de mandarina. En esta ocasión es ella la que da buena cuenta de la práctica totalidad del plato.




Como no estoy disfrutando precisamente de la sangría, pido una copita de cava para acompañar el postre y ya de paso un cortadito. Evidentemente, esa mitad del azucarillo que no uso, va a parar a la torrija. Esta mujer le echaría azúcar a la leche condensada.

Pues bonito lugar, muy buen servicio. Mesas cómodas y no demasiado pegadas. La comida, habrá que probar más cosas, sin llegar a ser notable, es más que suficiente. El total abonado hoy han sido 60 euros que me parece un buen precio.

Su página web: www.laolladelaplazanueva.es


14 de octubre de 2015

ANDONIREN TABERNA (LAUDIO): De primero... alubias. De segundo.... más alubias.

Tenía yo un antojo desde hace ya un tiempo de meterme entre pecho y espalda una señora alubiada. En casa las hace uno “sanas”, sin “tropiezos”, además parece, al menos a mi, que comerlas fuera tiene otra gracia.

Así que le digo a la cocinera de Andoniren Taberna si se anima a ponernos una alubiada completa. Aunque no suele hacerlo los viernes, se anima y me dice que sí. Hoy de nuevo me acompaña  quien lleva mi apellido, le gustan mucho las alubias y se que va a disfrutar un montón.
Una de las ventajas de este sitio es que el pan es de “los míos”, pan casero, no de barra. Le doy una importancia tremenda yo a este sublime alimento y en este caso es el apropiado para semejante festín.



Para beber yo hubiese preferido un cava pero mi hijo no ha entrado aún en ese mundo y es más de blancos y si tienen algo de fruta, mejor.

Hacer patria de vez en cuando es sano y estando donde estamos, una buena opción es beberse un buen txakoli y a por ello que nos vamos. 

TXAKOLI UNO 2014.

 Fruta abundante, Mucho cítrico? También...... Manzana? Lo que es la completa ignorancia. Eso sí, para nada me impide disfrutarlo. Les comento que no me lo enfríen demasiado así que a una temperatura que la inmensa mayoría dirían que “caliente”, podemos sacarle un poquito mejor sus aromas. Excelente acidez.


Pues bueno, aquí nos llega la perola. Una señora “ración” de unas magníficas alubias rojas excelentemente escoltadas por esos tropiezos tan apetecibles. Ese caldo “gordo”, que es más una crema. Suaves, en su punto. Con un cojonudo tocino que da más que gusto untar. Con un buen chorizo y con unas maravillosas morcillas que además están hechas a pocos metros de donde nos las estamos comiendo. Mi pueblo tiene un nivelazo de este producto. De algunas otras cosas también.




Por supuesto no pueden faltar las correspondientes guindillas de las que damos buena cuenta. Se agradece ese toque ligeramente picante.



Dejamos el perolo más limpio que pasado por el lavavajillas y le pregunto a Ioritz si “necesita” un poco más…. Pues un cazo más ya me comía yo, aita. Dicho y hecho. Pero claro, como buena madre que es, la que está en cocina no “entiende” bien la idea o más bien no quiere entenderla y allí que nos aparecen con más de medio recipiente. Eso sí, le he pedido por favor que esta vez las quiero sin acompañamientos. Asi que otro plato, esta vez sin compañía.


Como casi siempre, tenemos aún un poco de txakoli para rematar, así que les pido media ración de queso. Esto ya es pura gula. El txikito ya no tiene sitio para más.


Pues de vez en cuando está bien hacer alguna que otra........ Burrada.


Un cafecito en la terraza. Interrumpidos por unos pobres que se han quedado encerrados. Hoy Nerea me debe una. Por si lee esto, que no creo.
Por este homenaje que hoy nos hemos dado hemos pagado 24 euros, 12 por barba. 
Un regalo. Eskerrik asko por el favor. Creo que en alguna otra ocasión habrá que repetirlo. Con un par de paseos largos solucionamos el asunto.

2 de octubre de 2015

RESTAURANTE LOS FUEROS (BILBAO): Interesante novedad en la capital.

Es uno de los locales con más solera de Bilbao. Lleva ahí……. pues toda la vida. Fernando Canales le ha dado una vuelta de tuerca en cuanto a oferta gastronómica, dejándolo en las manos del chef Paul Ibarra. Su propuesta es variada, con unas cuantas opciones. Me gusta eso de poder comer raciones más pequeñas para probar así algunos platos más.



El tamaño de las mesas no invita a cena demasiado romántica. El espacio está “demasiado” bien aprovechado y las mesas de dos son muy pequeñas. Creo que en la parte superior tienen otro comedor y no sé si allí las cosas serán algo distintas. Pagaría yo gusto un poco más por comer más cómodo.


Otra de las cosas que no es demasiado habitual encontrar y que para mi es un punto a su favor es la oportunidad de probar todas sus propuestas de vinos por copas. Algo muy dífícil de ver en un restaurante. Tampoco la demanda es demasiado exigente, luego.......


Así que hay que aprovechar la oportunidad que se nos brinda y Arantza decide cenar acompañada de un albariño, concretamente Santiago Ruiz. Ella es más de afrutados. 

Yo me tiro un poco más hacia algo de madera y  me decanto de principio por un Predicador. Un vino con 8 meses de barrica en roble y que se nota perfectamente en boca. 

Paso después a por una copita de Juve Camps. Esto me va a ir mejor con el postre.  Por cierto, generosas las copas, sin “tacañerías”.

Tras un pequeño repaso a su carta, al final vamos decidiéndonos por alguna de sus propuestas, muchas de ellas bien originales.


Comenzamos con el Fualimotxo. Servido en un vaso de los de txikito de toda la vida. Una mouse de foie acompañada por una geleé de kalimotxo. Nos ha gustado mucho aunque el peso lo lleva el foie, cosa que yo agradezco sobremanera, me encanta su sabor. Quizás esto habría que maridarlo con un buen kalimotxo. Otro día igual hago la prueba. Mira que me gusta.



Pasamos a unas ricas croquetas de chorizo pamplona. Me recuerdan  tiempos pasados. Bien rellenas y bien tratadas. Hemos pedido la tapa pero bien pudiera ser esto prácticamente una ración. Muy ricas, la verdad.





En este local siempre han debido ser muy famosas sus gambas a la plancha así que hay que probarlas pues las siguen manteniendo. Están muy buenas y son de calidad. El único problema es que se han pasado un pelín con la sal. Y mira que me gusta. La ventaja es que al ser sal gorda, puedes quitarla fácilmente.



El pan esta a mi gusto. Crujiente. Generosidad pues si necesitas más, sin problemas lo tienes. Se agradece.



Unas alitas bravas.  Generosa ración y generosa la salsa. Soy yo más de alitas bien turraditas y sin compañías. Estas están muy ricas y es un plato muy consistente. Ricas. Siento haber olvidado la fotografía. Cosas de las emociones.

Quizás el plato de la noche haya sido en mi opinión el canelón de txangurro y marisco. Muy fino. Presentado en raciones individuales y acompañado de una estupenda salsa de tomate. Pero tomate natural, muy sabroso. Mi compi, cosas curiosas de la vida, prefiere el artificial. Un plato con mucho sabor y un plato de alta cocina. Muy bien conseguido.


Preguntamos por los postres y la simpatiquísima camarera nos recomienda encarecidamente que pidamos la torrija y el helado de dulce de leche. Pues no vamos a discutir. Cojonuda torrija muy golosa y fluida. Bien empapada y jugosa. El helado….. está….. espectacular. Lo reconozco a la primera. Merece la pena.



Salimos a la terraza exterior y nos tomamos el cafecito de rigor y la infusión. El total abonado ha sido de 70 euros. Es un precio que me gusta. Se puede venir aquí, sin problemas. Una pena lo del espacio.     Para conocerles un poco mejor: www.losfueros.com