27 de septiembre de 2015

RESTAURANTE TXOCOOK (Bilbao): El mejor arroz con leche que "NO" he probado en mi vida.

Comentario de la visita realizada hace ya más de mes y medio pero el periplo veraniego ha sido bastante intenso y ahora toca ponerse un tanto al día.
Mi compi de hoy es un “jilguerillo”. Ella intenta convencerme de que come mucho pero…… nos conocemos. Afortunadamente en este local disfruta. Generalmente es más amiga de ir a cenar un pollo con ensalada y patatas pero intento llevarla, poquito a poquito a algo más…. Nos entendemos, verdad?


Nos colocan en una agradable mesa redonde junto a los amplios ventanales con vistas a la Ría. La luz es más bien tenue y agradable y además la vela encendida le da un toque más romántico. Eso sí, para las fotos hemos tenido que hacer algunas “maniobras” un tanto complicadas y hoy yo simplemente he hecho de “alumbrador”.  Así que si no os gustan, la “culpa” no es mía. J
Dejo que sea ella quien decida la cena. Yo no tengo problemas con prácticamente nada y ella es más complicada. Así  que tras un vistazo a la carta, se decide por…… si hubiese hecho yo una apuesta, acierto todos los platos.


Como bebe moscato, mira que le encanta….. yo pregunto un poco por la oferta de vinos y al final me decanto por un cava que me recomienda  nuestra agradable camarera. Un cava Martínez rosado. Creo que es relativamente nuevo en el mercado. De las variedades Pinot Noir y Garnacha. Un cava muy para el público en general. Se deja beber y por su precio, tampoco hay que andar preocupándose en exceso. Un par de copas me he tomado que han acompañado estupendamente la ligera cena.



De primero hemos compartido unas riquísimas croquetas que yo he dejado como que eran de carne pero a la velocidad que han desaparecido del plato puesto que teníamos ya un poquito de hambre, ni tiempo me ha dado a darme demasiada cuenta.

Algo que me encanta en este restaurante es el pan. Dos variedades. Una de cereales y la otra una cojonuda hogaza de pan casero que está  a mi gusto. Corteza crujiente, miga consistente. Me he puesto las botas. Hemos terminado la primera cesta y nos han sacado otra pero yo, después de terminar con otro trozo, le he pedido que se la lleve. Es un puñetero vicio.



Compartimos ahora una fritura de cefalópodos (rabas, calamares…. para los amigos). Otra cosa de siempre pero que no falla y menos cuando se trata con mimo. Me encantan, nos encantan. Nada aceitosas y estupenda cobertura. Vuelan aunque, como yo ya  sabía, alguna que yo me sé va perdiendo “fuerza” y el reparto no es precisamente “a medias”.


Me sorprende un tanto cuando pide una merluza con txipis. Se le va la fuerza por la boca. Con una cuchara aparta para ella un poco para probar y el resto me lo zampo yo. Encima están los txipis… de puñetera madre y me pongo a untar pan como un descosido. Buen plato.



Es curioso el ser humano. Estamos “llenos” pero parece que para el postre siempre hacemos un sitio. Yo hubiese comido algo salado pero hoy “manda” ella. Bueno y cuándo no????

Así que se decanta por un arroz con leche con helado de canela presentado en un cuenco de buen tamaño. Cojo la cuchara que me han puesto y lo pruebo. Diossssss. Que rico está. Pero rico de narices. Mira que he tenido yo en casa unas cuantas maravillosas cocineras y los he comido ricos pero este está que se sale. Pero por mis…… que se lo va a comer ella enterito. Me hubiese apostado la vida que era incapaz pero como a todo a quien gane……. Por sus…… se lo termina. Eso sí, he aprovechado para vacilarla un poco y unas risas ya hemos echado.

Lo comentamos con la camarera que está más que de acuerdo con nosotros. Ella lo ha probado. En estos momentos no se encuentra en el local el artífice pero ya le hemos dicho que le de nuestra s más sinceras felicitaciones.
Esto lo prueban “algunos que yo me sé” en un restaurante estrellado y lo elevan al olimpo de los dioses, pero estamos donde estamos y seré yo quien lo alabe. Acojonante.

Tras una pequeña duda entre dos ofertas de vinos dulces,  me decanto por el que menos me esperaba hasta yo. Mira que soy “Ximenero” yo…. Pero me tiro hacia un Tokaji Pendits Furmit. La botella es oscura y me ha sorprendido al verlo en copa. Esto es un moscatel. Me ha recordado mucho al Ochoa, sin llegar a estar igual de rico. Pero es un vinillo de muy buen precio que tiene buena fruta, muy poca acidez o quizás la tenga integrada y un ligero amargor que lo hace apetecible.
Con el vino y el cortao de turno nos vamos a la terraza. Está cayendo Xirimiri. Que pena que el fresco no se puede exportar, nos haríamos ricos.


Hemos pagado algo menos de sesenta euros que me parece una buena relación calidad-precio.       Su página web: www.txocook.com

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