21 de abril de 2015

COLOMBO (BILBAO): Esto es, al parecer, lo que "queremos".


Tenía ganas yo de visitarles. Uno de esos locales que se están poniendo de moda en la capital. Curioso pero estaba a tope en fechas no demasiado fáciles. Además repiten mesas, creo que habrán dado casi el doble de capacidad. Hemos pasado a reservar nos han dado mesa para las diez y media pues estaban completos.
Así que después de tomar un par de potes por la zona, a la hora convenida nos aposentan en una de las mesas para dos.


Los sofás no me parecen los más apropiados para cenar y tengo la suerte de que hay un cojín y puedo usarlo para “elevarme” un poco, uno no es un “jirafa” precisamente y no llegaba muy bien a la mesa. Local muy grande, con mucho bullicio y movimiento. Había leído por ahí lo de los baños y la verdad es que son muy originales y bonitos.

Tienen una decente carta de vinos pero vengo con Amaia y esta mujer no sabe salir de su “moscato”, así que no me queda otra. Una botellita de Moscato La Modenese. Es “gracioso”, son vinos que cobran a 10 euros y el personal dicen que son baratos. Para los restaurantes y bares son un chollo. Si se les ocurre multiplicar por tres el precio de un buen vino y les ponemos a caldo pero por estos vinos pagamos lo que sea sin darnos cuenta de lo abusivo de su precio en comparación con el de tienda. Bueno, sin más, se bebe como agua y punto, es lo que hay. Mi compi encantada, tengo que llevarla al "lado oscuro" y conseguir que se anime a probar otras cosas.

La carta del comer es larga y dejo que Amaia se decida por lo que le parezca. Nos acercan una bolsa de panes que por cierto están bien ricos y que suponen 1,50 euros por persona. 


En este caso diría que está casi justificado su precio. Buenos panecillos, de esos que se meten al horno en el momento y que da gusto comerlos calentitos.

Comenzamos con unas verduras asadas de temporada. Espárragos trigueros, calabaza, zanahoria, vainas, tomatitos…. Con una salsita y unos frutos secos picados. Están ricas, la verdad. Se dejan comer gustosas y mi compi disfruta más que yo que aunque me gustan, soy más carnívoro que “verdulero”.

Me toca ahora disfrutar a mi, el pollo me encanta y más si está frito y rebozado como es el caso. Presentado cual si fuesen rabas, en un cesto bien chulo y con una salsa tipo mayonesa que acompaña estupendamente a la carne. Bien frito, sin demasiada sensación aceitosa y con el rebozado muy turradito. Me ha encantado, Además la ración es suficientemente generosa.


Me sorprende Amaia hoy, está cenando como una campeona, de lo cual me alegro. Y se anima con unos huevos rotos con patatas fritas y jamón. Realmente rotos no están, están enteros y los rompemos nosotros. Los huevos normales, sin más, no tienen ese color de yema que denota calidad. Las patatas, a mi parecer, no son congeladas, o al menos están muy conseguidas si lo son. El jamón rico pero me hubiese gustado algo más de cantidad. Un plato presentado originalmente.


Pedimos la carta de postres y el camarero nos recomienda la torrija con helado de café. Pues llevo yo una temporada de torrijas……. El problema es que la víspera comí una que estaba de muerte y esta no deja de estar correcta. Esto malo no puede estar, es lo que es. Pero un pelín seca, nada esponjosa. Vamos, de suficiente. El helado tampoco es nada del otro mundo. Bonita presentación eso sí.


Un cafecito de los que no dejan huella y la cuenta que asciende a 47 euros que para lo degustado me parece correcta.
El servicio sin demasiadas simpatías. Entiendo, que no comparto, el éxito de estos locales. Sitios “elegantes” con precios finales arreglados.Tampoco he probado platos principales pero creo que aquí es más “rentable” pedir de picoteo. No pasará a formar parte de mis restaurantes preferidos.

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