21 de octubre de 2014

RESTAURANTE HONDARTZAPE (GORLIZ) ; Besugo de la "buena Pinta".

Imagino que a la mayoría de vosotros, vuestro dentista os hará una serie de recomendaciones sobre como debéis limpiaros los dientes o qué crema utilizar.A mi también, lógicamente pero además de todo eso, a mi me recomienda sitios de buen comer y por su recomendación (en este caso sí le he “obedecido”) nos hemos acercado hasta Gorliz y concretamente a este restaurante que me era un tanto desconocido. De noche, incluso tiene un encanto especial.


No aparece demasiado en las redes sociales. Su clientela es bastante habitual y al parecer con eso les ha ido bastando. Aunque me han prometido que tienen idea de sacar página web. Así que estaremos atentos.
Con una noche de estas tropicales que tenemos. Parece mentira que a estas alturas de año andemos con camisa de manga corta, nos acercamos hasta este maravilloso entorno.
El local, está situado en plena playa, de ahí su nombre y al parecer está en serio peligro a raíz de la actual Ley de Costas. Creo que ya están en trámites para abrirlo en una ubicación cercana. Ahora que los he conocido, ya me gustaría que no dejasen el negocio, aquí trabajan bien, pero que muy bien. Eskerrik asko Juanan, has acertado de pleno. 
Venía con la intención de comer un buen pescado. Nada más llegar y ver las brasas preparadas en la cocina, mis sensaciones comienzas a ser estupendas. Nos ubican en una mesa junto a los grandes ventanales que dan directamente al mar. Desde luego que comer en un sitio así tiene ya un plus de satisfacción. El entorno es maravilloso.


Buen comedor, muy bien vestido, con mesas de estupendo tamaño.  Nos recibe Begoña, la amatxu, que es la que nos recomienda en primer lugar el pescado para después añadir algún “suplemento” si fuese necesario. Tienen un poco de todo y muy atractivo pero en cuanto me ha hablado del Besugo y además como mi compi  no es precisamente una tripera y dado que es un pez de un tamaño como para dos buenas raciones (kilo y poco), pues a por ello que nos vamos.


Dos txapatas de pan que por cierto no tienen costo adicional, cosa muy de agradecer, aunque hoy no van a ser demasiado necesarias por la cena elegida.
Para comenzar nos zampamos una docena de langostinos pero no de unos langostinos cualquiera, no. Menudas piezas y menuda manera de trabajarlas. A la plancha. Ricos, muy ricos. Más bien diría que cojonudos. Además, a mi me encanta ser yo quien los pela y no me importa dar a mi “copiloto” el grueso de la carne para yo pasar un rato más que estupendo limpiando cabezas y colas. Es una de mis aficiones preferidas. Cuando un producto es de esta calidad y además se mima con esmero, eso significa asegurar el disfrute.


Nos han presentado el besugo antes de prepararlo. Es un besugo  de Tarifa, un besugo voraz de La Pinta. Es besugo y además es “bonito”.


Preparado en las brasas, con un riego de aceite, unos ajos bien tostaditos y ese toque de guindilla que lo hace mucho más apetecible aún. Qué manera de soltarse la carne, que facilidad, que suavidad, que sabor, que maravilla. Desde luego que, aunque he comido muchos pescados y los he comido muy bien preparados, este está, sin duda alguna, en uno de los lugares privilegiados en el ranking.  Simplemente genial. Ya sabía yo que la recomendación era buena.
Una pena la malísima calidad del fotógrafo que desmerece el plato.




La carta de vinos del local es bastante amplia y desde luego que el asunto de los blancos tiene preferencia. Con estos pescados y estos mariscos un buen vino blanco es la compañía ideal.

Hoy nos decantamos por un 

Albariño Fillaboa Selección

 Finca Monte Alto 2012.

Sabe a albariño. Color intenso  y brillante. En nariz ya destaca esa fruta madura. En boca se muestra serio. A medida que coge aire y temperatura, me va gustando más aún.

Creo que es un vino que dentro de un par de años tendrá muchas cosas que decir. Espero tener la ocasión de probarlo.



Algo dulce habrá que tomar. Mi compi decide tomarse un sorbete de limón y yo, al escuchar eso de arroz con leche y además casero, no puedo evitar (ni quiero) la tentación y desde luego que precisamente arrepentirme no hago. Está en su punto exacto. Ni seco ni demasiado caldoso. Dulce pero nada empalagoso. El arroz suelto. Un riquísimo arroz con leche que ha supuesto un punto final estupendo de la señora cena que nos hemos “kaskao”.




Para acompañar al postre nos han obsequiado con una copita de un moscato de Ochoa que está como para beberse un par de botellas. Golosónnnnnnnnn. 

El  precio pagado hoy ha sido de 80 euros por persona. En la cena de hoy hay que destacar la altísima calidad del producto y además productos un tanto "prohibitivos" para economías como la mía pero de vez en cuando hay que darse ciertos caprichos. Me alegro de haberlo hecho y haber disfrutado así.  Volveré, eso es lo que importa, esa es la sensación que busco y hoy la he encontrado de nuevo y van..........

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