7 de septiembre de 2014

RESTAURANTE SAMBAL (NOJA): ORDAGO A LA MAYOR.


Situado en la localidad de Noja, en su campo de golf, se encuentra este restaurante. Lo he visitado ya en alguna ocasión y el recuerdo es grato. Hay que aprovechar los últimos días del verano para desplazarse antes de que la climatología haga que viajes así sean más problemáticos.

Llegamos con tiempo y aprovechaos para tomarnos algo antes de ir a cenar. La localidad de Noja es puramente turística y multiplica su población varias veces. Así que siendo sábado y con buen tiempo, está bastante concurrida.

El restaurante tiene una entrada en cuesta, protegida por varios árboles y una vez arriba, llegas a una preciosa y “apetecible” terraza.


El local tiene mucha luz, el blanco destaca. Mesas de muy buen tamaño y con buena separación entre ellas. Bien vestidas y vajilla y coperío de buena calidad y agradables.

Venimos con la idea clara de probar ese menú degustación que ha cambiado sustancialmente desde mi última visita.
Antes de nada, sin echar siquiera un vistazo a su carta de vinos, pedimos un cava y ante su oferta, y como ya los conocemos todos, nos decantamos por un Agusti Torello que sé perfectamente que nos va a acompañar estupendamente durante toda la cena. Es un cava con una relación calidad-precio muy buena y que sin ser nada sobresaliente, tiene un agradable beber.

Dos estupendos panes que no son excesivamente necesarios para nuestro menú pero uno no sabe vivir sin pan.

Comenzamos con el aperitivo, consistente en Sushi de salmón y Dim sum de gambón.
Muy bonita presentación con una pinzas de madera que hacen más sencillo degustarlo. Ambos muy ricos y sabrosos.



Cangrejo real, caviar cítrico y remolacha. Estupenda la carne del cangrejo, ese toque cítrico le da un plus añadido. La hoja verde, que yo, ignorante de mi, retiro, tiene un sabor a pura ostra. Al darse cuenta en cocina, vuelven a traernos dos expresamente para que las probemos. Y realmente sabe a ostra. Sin duda alguna.
Al comentarle a Angel que yo creía haberlo probado ya, me dice que no, que lo que yo había probado era otra cosa que viene en el plato siguiente.




Steek Sambal. Se presenta en una especie de cuenco de cristal transparente, acompañado de unas hierbas que le dan un toque marino al plato. Una de ellas, ahora la recuerdo, es la que tiene un sabor a puro… caracolillo? Percebe?. A mar desde luego que sí. No es precisamente el steek al que estamos acostumbrados pero resulta muy agradable y me parece una propuesta acertada.
Nos acerca también unas pequeñas tostas de pan por si queremos untarlo. Yo prefiero degustarlo "a pelo".

En el plato aparece una sal especial y una pequeña guindilla que es opcional. Cada uno ha hecho lo que le ha parecido. Yo la he echado prácticamente toda y me ha gustado el resultado.


Lecheritas teriyaki, quesos de las garmillas, brotes verdes y tomate. Podíamos casi considerar este plato como una estupenda ensalada. Plato fresco, refrescante. Los tomates muy sabrosos. Quizás el queso tenga demasiado poder. Pero como siempre hablamos de gustos personales.


Pollo de bresse, maíz crujiente y aguacate. Para mi y mi compi, el plato menos sorprendente del menú. A mi, curiosamente, me ha recordado a un puré de garbanzos que comía siendo niño y que llevaba pollo añadido. Ese recuerdo me ha hecho disfrutarlo un poco más.



Si algo me gusta a mi es el atún, creo que cocinado de cualquier manera. Lo he dicho, lo digo y lo diré. Me encanta. En este caso, nos cambian la merluza del menú por este plato mucho más arriesgado. No todo el mundo es amigo de las cosas “sin hacer” pero el resultado me ha encantado. Shabu-shabu de atún rojo.

Lo presentan acompañado de un caldo donde terminas de “rematar” el atún. El producto es excepcional. Y al terminar, Angel me ha dicho que me beba el caldo y ciertamente estaba cojonudo. Unas pinzas permiten comerlo y llevarlo al caldo sin tener que complicarte la vida. Unas setas le dan "otro" toque diferente.
Mi compi, es de esas personas así que gustosamente termino lo que ella no ha sido capaz.

Rabo de wagyu, mostaza, pasta wantu, verduritas, esféricos lácteos y curcuma. Este ha sido sin duda el plato con más sabor de toda la parte salada del menú. Potente, muy potente. Sabores muy marcados y potente jugo de carne.


Pasamos al apartado dulce. Sabemos lo que nos espera y yo le comento a la amable camarera si puede cambiar el orden pero que se lo comente a Javier, que si él piensa que no, que lo deje tan cual.

Pues Javier tiene ya su idea y allí que nos aparece un plato que ya he tenido la suerte de probar y que también ha probado gente que ha ido conmigo al local y que todos, absolutamente todos, destacan sobremanera. Los Quesos de Cantabria en texturas
Una copa de una espuma de queso acompañada de aceite y pan crujiente. Esto está rico, más que rico, riquísimo. Puro vicio, pura delicia. Un plato que le comento no se le ocurra quitar jamás de la carta. Desde luego que forma parte de mis “postres para el recuerdo”.

De segundo nos “tocaba” algo de chocolate pero han decidido cambiarlo y me alegro. El menú es consistente. Más tratándose de cenar. Y ahora meternos un postre demasiado contundente sería ya demasiado. Así que nos sacan Leche de coco, melocotón y mandarina. De nuevo un plato fresco, muy fresco, ligero y con mucho sabor. Sobresale la mandarina que además te traen en una jarrita para que añadas a tu gusto.


Para acompañar los postres hemos bebido un par de copitas de Sauternes, que por cierto han tenido el detalle de no cobrarnos. Es un vino que ha maridado perfectamente con ambos postres pero que parecia hecho para el primero.
Salimos a esa agradable terraza a tomarnos un par de cortaos que por cierto están de rechupete y allí nos “cascamos” una larga charla con los protagonistas de la noche. Con Angel y Javier, con los que hablamos de la situación actual, del futuro, de ideas y de que quieren ser ellos mismos, quieren ser El Sambal y tener  su propia identidad.


Con este menú, que me parece una apuesta valiente, un órdago a la grande, creo que lo van a conseguir.
Al salir, le comento a mi acompañante que a mi realmente lo que más me marca es la sensación con la que salgo de un restaurante y hoy, nuevamente, salgo con alegría y con el pleno convencimiento de que aquí vuelvo. Eso es lo que cuenta.
Hemos pagado por todo ello 106 euros que me parece una estupenda relación calidad-precio. Gracias por todo y hasta la próxima.

1 de septiembre de 2014

REMENETXE-MUXIKA (GERNIKA): CONTINO versus COGOTE.

Curioseando como es mi ya habitual entretenimiento, descubro algunas cosillas de este local. Habré pasado por la carretera dirección Gernika …. ni sé cuantas veces y no había reparado en él. Esas costumbres “nocturnas” de uno….
Así que con la compañía de Arantza arranco hacia el Remenetxe sin tener ni idea de lo que nos espera. Lo que me estaba perdiendo……


El sitio ya de por si, invita a la visita. Caserío precioso con bonito jardín y una iluminación que resalta aún más su preciosa fachada.
Nos recibe alguien que me suena por fotos vistas. Jon Andoni, el sumiller del restaurante con quien interactuamos desde un primer momento. Lo pone fácil.


En cuanto se da cuenta de que algo nos interesa el tema de los vinos y que comenzamos a preguntar alguna cosilla, nos acompaña a la bodega.
Madre de dios. Menudo “mundo”. Todo maravillosamente organizado, todo perfectamente colocado en su lugar. Vinos de toda procedencia con un apartado para los riojas, divididos a su vez en tres apartados.


Los blancos y espumosos están guardados en lugar distinto, allí hace calor, las máquinas de generar frío para los vinos sueltan aire caliente.
Vinos de casi cien años, vinos descatalogados, vinos impresionantes, pienso en algunos que yo se me y lo felices que serían aquí.


Jon Andoni es una persona que disfruta hablando de ellos, pero no es un prepotente, no es un enteradillo. Es una enciclopedia interesante. Habla con una naturalidad y una pasión que te “emborracha”. Sabe “llevarte al huerto”. J

Allí, una vez más o menos conocidos nuestros gustos, nos comenta que va a esperar a que pidamos la cena, que en base a ello vamos a beber uno u otro vino.
Subimos al comedor, allí la propietaria nos pone un poco al día de lo que tienen y nos presenta la carta para que le echemos un vistazo. También nos dejan la carta, bueno, la biblia de vinos. Esto para mi es como si levanto el capó del coche. Muy bonito pero me pierdo. Necesito ayuda y aquí la tenemos sobrada.



En la bodega hemos visto una selección de aguas y alguna tiene “antojo” así que nos recomiendan una Ty Nant. Agua mineral inglesa. Botella muy bonita y agua que sabe a…… agua. Yo sigo pensando que esto es un poco……. Pero quitado el antojo. Arantza se lleva la botella de recuerdo y además después compra otra de otro tipo.

La recomendación de la propietaria en asunto de pescado es el cogote de merluza. Tras alguna duda por parte de mi compi que ha comido pescado y que ha dudado un momento, decidimos probarla.

Nos sacan una crema como aperitivo para calentar el cuerpo. Y un par de panes recién horneados, calentitos, crujientes. Vamos, de nuestro gusto.


A “alguna” que yo me sé, no le gusta la sal. Pero no sabe o más bien no quiere hacerle ascos a unos pimientos verdes fritos de los de quitarse el sombrero. Con su punto exacto de sal aunque ella diga que tienen mucha. Lo sano es una cosa, lo rico es otra. Co-jonudos.


Después unas pencas pero no unas pencas cualquiera, estas están muy bien trabajadas. Con su verduritas y una salsa de carne que les da un toque excepcional. Solo con mis expresiones creo que se sabe que estoy disfrutando.


Reconozco que hoy el asunto del vino me está haciendo despistarme un tanto de la comida en sí. No significa que no esté disfrutando pero hoy el vino está quitando protagonismo a la comida.

La elección de Jon para nuestra cena ha sido un blanco de Rioja. Un vino que ni siquiera ha salido al mercado. Se elaboraron tan solo unas 600 botellas y hoy hemos tenido la suerte de bebernos una de ellas.
Mezcla de tres variedades de uva: Viura, Malvasís y Garnacha blanca.
Con 5 meses de crianza que además ahora, pasados ya unos años, le dan un aroma impresionante. La nariz me ha encantado. Nada más ver el color en la copa te das cuenta de que este blanco es mucho blanco.
Contino. Cosecha 2006. La madera muy presente. Tenemos a un tremendo profesional con nosotros. Mejor sumiller del estado en 2009 y algún que otro premio más. Pero lo mejor es su tremenda pasión.
Me pierdo escuchándole y sigo disfrutando de la nariz de este vino. Le damos un poco de tiempo a que se airee.
Está rico, muy rico. Desde luego que esta botella permanecerá en mi mente un largo tiempo. Ese “morbo” de saber que soy un privilegiado por haberlo bebido……
Llega ahora el plato principal de la cena. Un tremendo Cogote de merluza.
Acompañado de unas riquísimas patatas panadera, cebolla pochada, unos tomates y sus correspondiente ajos. Un jugo propio que hace que untar pan sea algo inevitable.
Un platazo, calidad del producto de diez y elaboración sobresaliente. Además es una ración que te permite quedarse satisfecho.


Algo dulce habrá que tomar para rematar el asunto. Asi que una tarta de queso “tiene la culpa”. Para ella con su mermelada, para mi no, me gusta demasiado la tarta como para necesitar “ayudas”. Sobre una vainilla, con una bola de helado de compañía. Un buen postre que además permite que de nuevo nos introduzcamos en el mundo del vino.


Allí que aparece Jon Andoni con dos botellas. Por un lado un Kleines Gewürz, vino alemán. Dorado. Mucha fruta tropical en nariz  y boca. Suave. Creo que marida de maravilla con nuestro postre. Por otro lado un vino distinto, un vino de Málaga que al parecer elabora una mujer que fue allí de vacaciones y se enamoró de la tierra y sin estudios previos, comenzó a criar vinos. En este caso las pasas están muy presentes. Los he probado los dos pero me queda una copa del blanco y hoy ha ganado la pelea. Que un vino blanco me haga casi olvidarme de los dulces……Ariyanas.
Es la segunda vez que me pasa este mes y me estoy empezando a “preocupar”.
Un cafecito y una infusión y de nuevo charla en la zona de la barra con Jon. Hacemos un trato. Yo prometo volver en septiembre y él promete guardarme un albariño que había sido una de las posibilidades de hoy y con el que tengo que reconciliarme.
El total abonado han sido 143 euros. Con la cara de satisfacción que hemos salido hoy el precio me parece lo de menos. Calidad, entorno precioso, una atención inmejorable, lo del vino ni que contar. Vuelvo...... pero vamos que vuelvo.
Eskerrik asko Jon Andoni y compañía. Un verdadero placer.
Su página web: www.remenetxe.com