19 de agosto de 2014

RESTAURANTE KARLOS ARGUIÑANO: Para todos los públicos.

Era imperdonable no haber visitado este restaurante. Lo había intentado en un par de ocasiones pero no fui lo suficientemente rápido y estaban completos.
Esta vez y sabiendo que agosto no es un mes fácil, lo hice con tiempo de sobra. Algunos días suelo pensar que para lo poco “viajero” que soy, me da poca pereza. Desde que he salido de casa hasta mi vuelta, han sido 250 kms en coche pero casi siempre me merece la pena, hoy también.


En una zona totalmente turística, donde aparcar ha sido un tanto complicado, en primera línea de playa, se encuentra este hotel-restaurante propiedad de un cocinero del que poco o nada se puede decir pues todo está sabido.

Cada cual tendrá su opinión sobre él pero desde luego que indiferente no deja a nadie y que a mi personalmente me ha hecho pasar unos cuantos buenos ratos viéndole. Pelos en la lengua pocos, pero que muy pocos.

Hemos pasado ya el ecuador de este mes de agosto y por estos lares la temperatura nocturna comienza a ser ya un tanto “fresca”. No hace noche de terraza precisamente.

El restaurante, situado en un palacete muy bonito tiene un comedor grande y que está repleto. Tienen dos turnos de dar de cenar, a las 8.30 y a las 10.30. Lógicamente el segundo es el que más se amolda a nuestras costumbres.
Las mesas de dos están situadas al fondo, junto a los ventanales que dan directamente al paseo de la playa. Al ser de noche nos sirven más para ver al resto de los comensales reflejados en sus cristales. Son mesas de correcto tamaño y bien vestidas.


 Las copas de vino, de tamaño un tanto reducido. Posteriormente, hablando con las simpatiquísima castellonense que nos ha atendido, se lo hemos comentado y nos ha dicho que si se lo hubiesemos comentado, sin problema alguno nos las hubiese cambiado. Al parecer para vinos de más nivel sacan copas más “elegantes”.
Había que probar aquí su txakoli, el K5 pero mi compi es un poco "complicada" para los vinos así que primero pedimos una copita para probar. A mi sí me gusta pero sabía que a ella no le iba a hacer demasiada gracia. Es un vino con acidez y al final dentro de su oferta de blancos, que no es demasiado variada, nos quedamos con un Terras Gauda 2013 que este sí se que va a ser del agrado de Arantza.



Disponen de un menú degustación a muy buen precio pero mi prima iba ya con alguna cosa en mente y no se amoldaba a sus “antojos”.
Nos ofrecen un par de aperitivos en foma de txupito de salmorejo y una cucharilla con una crema que no recuerdo exactamente lo que era. También nos dejan una botella de un aceite de oliva firma de la casa. (Ver foto superior).



Los aperitivos han resultado correctos, sin emocionar y lo que nos ha encantado sobremanera ha sido el pan. Un par de txapatas crujientes, con mucho sabor a cereal y de las que no ha quedado ni rastro. Muy ricas.
Comenzamos con una terrina de foie con sus mermeladas de manzana y frambuesa. Viene acompañada de unos panes tostados. El foie es de buena calidad y está co.jonudo. A mi me va más sin agragarle dulzor aunque reconozco que son buena pareja de baile.



Estando en el tiempo que estamos, siendo sugerencia de la casa y siendo otro de los caprichos de mi compi, pues no podíamos pasarlos por alto. Unos pimientos verdes con jamón.
El jamón está de rechupete pero los pimientos están mejores aún. De tamaño bocado, tan bien hechos que uno se pueden comer enteros, sin dejar nada. Realmente están ricos-ricos. Mejor definición estando donde estamos……


De platos principales nos decantamos por:
Merluza rellena de txipirón. Buena ración de la que he catado un trozo y realmente está bien hecha. Lleva por encima una salsa tipo bizkaina y unas hierbas que dice mi acompañante que sobran. A fin de cuentas la decoración es muy personal. Realmente ha sido un buen plato y el plato limpio siempre es una buena prueba de ello.


Hoy andaba yo un poco antojica de carne y me he decantado por el solomillo de vaca con pimientos morrones. No me arrepiento de la elección. Un buen trozo de sabrosa carne en su punto exacto y con esa sal que me encanta por encima. Un puré de patata en la base y unos pimientos rojos asados que están casi mejores que los verdes, de acompañamiento.


Si algo tenía claro Arantza era el postre que iba a cenar. Estamos donde estamos y los postres tienen su fama y talento así que lo mejor será una pequeña degustación de ellos.
Copa de cereza, pastel de arroz, torrija, helado de queso, vasito de nata con kiwi, coulant de chocolate. Todos ellos estaban muy ricos y además he tenido la inmensa suerte de que nos hemos entendido a la perfección. Lo que más me apetecía a mi ha sido lo que menos le llamaba la atención a ella. Hemos hecho un “maridaje” estupendo. Ese pastel de arroz y esa torrija estaban estupendas.


Un cafecito acompañado de una galleta de mantequilla y una cereza con chocolate blanco y una infusión han dado por terminada la velada.
El total abonado han sido 103 euros. Me parece un precio muy ajustado para lo degustado. Me parece una cocina al alcance de casi todos los bolsillos en un paraje idílico. Creo que a fin de cuentas es lo que él quiere, que su restaurante sea tan popular como él mismo.
Su página web: www.hotelka.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario