23 de julio de 2014

KIMTXU; Una interesante novedad en Bilbao.

La ventaja de leer prácticamente todo lo que se escribe sobre gastronomía en las redes sociales es que difícilmente se te escapan las novedades. He llamado con días para reservar, sabemos que las novedades llenan, después ya lo que llena es hacerlo bien.
Kimtxu es una taberna-restaurante de reciente inauguración y de cocina vasco-asiática. No pensemos que vamos a encontrarnos por ello con un vasco de ojos rasgados o con un chino con txapela. Hablamos principalmente de su cocina en sí.


Jugamos con producto de casa para cocinarlo con toques asiáticos y ello hace que días como hoy me resulte más difícil juzgar los platos. Soy un ignorante en cuestiones gastronómicas asiáticas y seguramente mucho más clásico en cuanto a gustos por lo que tampoco voy a dar lecciones a nadie sobre lo degustado.
Me gusta el local, tiene su zona de bar y dentro el comedor. Es acogedor, sin manteles, cosa cada vez más “moderna”, mesas de correcto tamaño y sin “agobios vecinales”. El servicio joven y agradable y me encuentro con una txikita que ya me ha dado de cenar alguna vez. Agradable como siempre y de gran ayuda a la hora de la elección de platos.


Me encanta su vajilla, cada plato es diferente, incluso puedo prometer y prometo que en casa guardo yo platos similares que tienen ya algún añito que otro. Me ha gustado.

Su carta de vinos es corta, con diez referencias de blancos y diez de tintos. Eso sí procuran tocar casi todos los palos con lo que tienen opciones bastante interesantes y a un precio bastante comedido.
Me he decido a pedir un acierto seguro y además quería que mi queridísima prima lo probase.
 Txakoli Itsasmendi 7. Ella disfruta con “su moscato” pero lo bueno es que tiene la mente abierta y eso ayuda a poder encontrarte con sorpresas agradables.

Me gusta este vino, tiene todo lo necesario para satisfacerte, buena nariz, con aromas frutales, buena acidez pero sin poder definirlo como ácido. Han hecho un buen trabajo con él y aunque hoy la comida es “complicada” de maridar por los intentos sabores, al final consigue superar notablemente la prueba. Correcto el servicio y muy bonita la cubitera en forma de cantina.

La oferta es comer a la carta o una de sus ofertas de menú degustación, una de seis y otra de ocho platos. Me gustaría concretar en este punto que realmente son medios platos y servidos al centro para compartir. También decir en este punto que al menos los platos principales tienen ración más que suficiente para complacer estómagos exigentes. No sales precisamente con sensación de hambre.

No sabes lo que vas a cenar, ellos deciden la composición del menú. Imagino, como ya he dcho  en alguna otra ocasión, que así pueden “jugar” un poco con el precio. Si eliges tú y te vas a los seis platos de más coste, la cosa puede no resultarles demasiado rentable. Hablo sin saber.

Comenzamos con un Tartar de salmón, aliño de huevo y mostaza. Como ya he dicho los platos se sirven al centro. Ración ajustada. Es un plato que nos ha gustado, buen comienzo, suave. Esa salsa que lo acompaña le da un toque jugoso que se agradece. Que nadie piense que la mostaza sobresale por encima. Es una ayuda pero sin molestar.


Sashimi templado de vieiras con setas y jamón. Si leemos vieira nos vamos a ir de cabeza a una textura que nada tiene que ver con lo que nos sacan y eso nos puede llevar a engaño. Pero el sashimi es pescado crudo, es pescado cortado en láminas y estamos acostumbrados a la vieira “tiesa”. Me ha gustado el plato porque el acompañamiento suple con mucho el poco sabor del pescado. Es una buena mezcla.


Ensalada de berenjena, crema de yogur y curry. Este plato no nos ha dicho demasiado. Si lo comes con los ojos cerrados creo que resultaría absolutamente imposible saber que estás comiendo berenjena. Para nuestro gusto demasiado “cocida” pero es un plato suave que entra muy fácil. Sin emociones.


Tataki de bonito, crema de marmitako, piparras. Este sí que puede ser un vasco-asiático de verdad. Aunque hemos tenido casi una “pelea” por el tema de la sal. Para Arantza está muy salado, para mi en absoluto. Creo que se encuentra con esos trozos de sal gorda que a mi me encanta y por eso lo dice. Además es una mujer “sana” que come normalmente sin sal, así que aunque como buena “fémina” no da el brazo a torcer, considero que no es la mejor catadora de sales precisamente. Buenos trozos de atún de muy buen punto, salsa para untar pan y el toque de las piparrak que es el perfecto. Pica pero muy llevadero, para todos los públicos. Bien.


Curry rojo Thai, carrilleras, patata, judías y hierbas. Quizás este haya sido, además hemos coincidido los dos, el plato de la noche. Estupenda carne, suave, ligera, bien guisada. El puré le ha encantado a mi compi aunque yo lo hubiese preferido con más sabor a la patata en sí. El toque del curry vuelve a estar presente pero no es un plato picante. A mi me resulta tremendamente contundente, un plato que sacia el apetito.


Como no somos de mal comer y todavía tengo ganas de algo más, añadimos otro plato al menú y aunque tengo mis dudas, al final nos decantamos por un Lomo bajo de vaca gallega, crema de maíz y cebollitas. La carne está sabrosa. No es ternera, desde luego. Tiene textura más dura pero bien cocinada. La crema de maíz es algo nuevo para mi, es muy liviana, sabor muy suave pero agradable. Al final, el plato vuelve a resultar potente por la mezcla de sabores.


Mi “problema” es que yo soy amigo de la carne sin acompañantes, bueno, sin acompañantes mezclados. Las patatas fritas y los pimientos no “molestan”. Pero me ha gustado que es lo que cuenta. Y desde luego que después de este plato ya estamos más que preparados para los postres.
Yo he dicho que quiero algo ligero y Arantza ha preferido chocolate. Mira que son golosonas…..


Crema de jengibre y chocolate negro. Rica mousse de chocolate acompañada de un jengibre confitado que aligera el conjunto.


Piña, almibar de jengibre y lima, nube de coco. Lo que yo quería exactamente, un postre que también serviría como pre-postre. Muy ligero, muy suave, muy fresco y agradable. Y eso que tampoco soy demasiado amigo yo casi de ninguno de sus ingredientes pero me han ganado.
Llegados a la hora del café, me ha encantado una propuesta novedosa. Te sacan una pequeña cafetera, una jarrita con la leche y el azúcar. Puedes servirte los cafés que quieras y además está muy suave y rico. Originales tazas como esperaba. También tengo unas parecidas. Me ha encantado este sistema. Siempre aprendes algo nuevo.


Al final el total abonado han sido 96,40 euros. De ellos el txakoli a 19, que no es mal precio y el plato de lomo de carne han sido 14 euros. Se puede cenar por un precio correcto, sin ser un atraco y sin ser un regalo. Creo que merece la pena probarlo. Volveremos, me he dejado algunos platos interesantes en el tintero. Su página web está en construcción pero podéis echar un buen vistazo aquí: http://lalibelularoja.blogspot.com.es/2014/07/kimtxu-restaurante-vasco-asiatico.html

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