28 de junio de 2014

MILAGROS (BARRIKA): BUENA COMIDA EN UN AMBIENTE DESENFADADO.


Ya le tenía yo ganas a este local. Había estado un par de veces tomando algo pero no lo había probado como restaurante. Al leer el comentario de mi amigo Oscar en verema, pues me he dicho que ya me vale, así que arrancando.


Hemos tenido muchísima suerte puesto que al no reservar, pensando que un viernes noche y con esta climatología no íbamos a tener problemas, nos han adjudicado la última mesa libre.

Su propuesta es un tanto diferente a lo habitual. Cocina latina por un lado y japonesa por otro. Decoración más bien mexicana con la que imagino será la Virgen de Guadalupe, “protegiendo” y dando el visto bueno al comedor.

Disponen de varios espacios diferenciados: el bar en sí, un cómodo salón, el restaurante y una estupenda terraza donde con días agradables y quizás más aún con noches de buena temperatura, puedes disfrutar de una buena copa con buena música.


Puedes localizarlo bien fácil si te fijas en ese cactus de hierro “aviejado” que da entrada al local. Disponen de un aparcamiento propio asi que no hay problemas a la hora de dejar tu coche.

Desde luego que gana mucho con buena climatología pero estamos donde estamos y hoy no es precisamente el mejor día. Viento fresco y tras la cena, hace aparición incluso nuestro “amigo” el txirimiri.

El ambiente es predominantemente joven y desenfadado pero todos tenemos derecho y tampoco te vas a encontrar incómodo aunque tengas ya una edad, como es el caso.

Las mesas no son precisamente grandes y el espacio está bien aprovechado. La luz, que quizás pretenda ser para generar un ambiente romántico, es un tanto excasa a la hora de ver lo que comes pero tiene “su aquel”.  Una vela y unos pétalos de flores, ayudan aún más a crear el ambiente propicio.

Disponen de un menú degustación a muy buen precio y de una larga carta con muchas y originales propuestas.

La carta de vinos no es demasiado amplia pero sí suficiente, eso sí he echado de menos una carta de cervezas. Haberlas….. pero pensaba yo que iba a ser una oferta mucho más amplia..


La compañía hace que hoy no podamos pasarnos con la comanda, hay cuerpos que con poco se llenan y no es cuestión de ponernos a pedir sin conocimiento para después dejarlo en el plato.

Me parece de recibo pedir una pequeña degustación es decir un “sushimix”. Me pierdo yo como un pulpo en un garaje con el asunto de los niguiris, sashimis, uramakis……. Ya sabemos que mirando un poco en el google podemos salir de dudas más o menos fácilmente pero me gusta ser “un poco ignorante” y prefiero no presumir de lo que no puedo.


La verdad es que todo ello estaba bien rico, acompañado, como no puede ser de otro modo de una salsa de soja bien rica. Destacaría yo el salmón y el langostino y el punto de los arroces. Nos ha gustado mucho y casi nos hemos arrepentido de no haber pedido una de más piezas. Es bueno dejarse cosas en el tintero, así la “necesidad” de volver es más fuerte.

Una cesta con cuatro panecillos variados y con semillas, nos han ayudado a limpiar mejor los platos. Se merecía el unte.

Pedimos ahora las Hortalizas y Verdes brasa. Con un pequeño rulo de cabra y una salsa romesco, Bonita presentación. Quizás prefiera yo más “aldentes” las verduras. El queso ayuda a dar sabor y a tapar un poco la falta de sal en mi opinión. Y no hablemos de la de mi acompañante que si por  ella fuese, los que tenemos tendencia a tensiones altas, moriríamos en cuatro días.


La salsa romesco estaba rica, un tanto diferente a las que he probado, curiosamente con estas “dotes de catador” de las que dispongo, me ha parecido que me sabía un poco a …… chocolate. Y al parecer no iba tan descaminado puesto que mi compi ha dicho lo mismo. No hemos preguntado.

En cuanto al pescado, hemos pedido lo que en carta reza como Bloque de Atún rojo envuelto en sésamo, tempura de ajetes, edamame + aires y bocabits.

Pues son dos trozos de atún, efectivamente envueltos en sésamo. Acompañados por unas “habitas” de soja naturales que dan un colorido muy chulo al plato pero que no dicen gran cosa a la hora de degustarlas.


La espuma que corona el plato tiene muy bien conseguido sabor a ……. Mar.

Quizás en mi modesta opinión, el atún estaba demasiado hecho y la ración, un poco reducida de tamaño. Pero se deja comer y se nota buena calidad del producto. Esto de los puntos……. Es un mundo.

Como a algunas no les gusta el vino, yo me he quedado con ganas de probar alguno de los blancos de la carta, sobre todo un albariño, pues agua para ella y yo pido una caña tostada y posteriormente una Murphy´s tostada. Las dos bien ricas y fáciles de beber. La de botellín tiene una mezcla de amargura y dulzor, predominando este último.

Toca ya acercarnos al apartado dulce y la elección no podía ser otra: Volcán de chocolate y dulce de leche + heladito casero.


Pues aunque el chocolate se “merienda” total y absolutamente al dulce de leche que sí aparece visualmente, es un postre que me ha encantado. El helado, con sabor a fresa, pero a fresa natural, estaba muy rico también. Al final, la unión de ambos sabores dan un resultado estupendo.


El servicio del restaurante es joven, amable y desenfadado, creo que además es el efecto que quieren causar. Una pena que la noche no permita disfrutar de esa terraza para tomar un café o una copita. Así que damos por terminada la experiencia con la obligación de volver a probar alguna propuesta más y sobre todo esa carne que al parecer tiene buena y merecida fama.

El precio abonado han sido 66 euros, lo que no me parece mala relación entre lo pagado y lo degustado.

Su página web: www.milagrosrestaurante.com

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