El título es debido a que no termino de entender lo que está sucediendo. Un local como este, que ofrece un menú degustación excelente y por un precio muy comedido, no termina de tener el éxito que se merece.
Es el reflejo de lo que sucede ya en prácticamente todos, a excepción de sitios donde la oferta nada tiene que ver con lo ofrecido por Abiaga y no hablemos ya del entorno, tanto exterior como interior.
Aquí se come o se cena en un restaurante elegante, con un trato estupendo y por un precio total y absolutamente asequible.
Pero bueno, que mi "mala leche" no enturbie la experiencia vivida.
Bueno pues aprovechando que hoy tienen
algo más de tiempo en cocina, les pedimos que nos den de cenar. Que cocinen a
su libre albedrío.
Asi que en sus manos dejamos la
elección de los platos por lo que lo hoy aquí descrito es un menú un tanto
atípico aunque muy relacionado con su actual menú degustación.
Al llegar al comedor, nos recibe una
estufa de leña que siempre he dicho yo que es el “mejor canal de televisión que
existe”. Cuantas horas he pasado yo viendo “bailar a los duendes” en la
hoguera. Es lo que tiene tener una imaginación muy “pajarera”.
La sensación de bienestar es muy
agradable, dan ganas de sentarse en uno de sus sofás y echar una cabezadita.
Pero hemos venido a cenar.
Elegimos vino, con tanta visita hemos
probado todos los blancos de su corta carta pero bien aconsejados, nos
decidimos por uno que nos causó muy buenas sensaciones y que además nos dicen,
va a acompañar maravillosamente todo el menú: Guitian Godello fermentado en
barrica 2011.
Un vino “serio”. Nariz que me lleva de
primeras a la manzana y tal vez, digo tal vez, a algo de fruta tropical pero
como un tanto difuminado.
Es un tanto seco, con una acidez muy
marcada y un amargor agradable. Realmente me ha parecido un buen vino para
acompañar toda la cena. Ha salido muy
frío y por lo tanto lo hemos dejado sin cubitera y al ganar temperatura hemos
podido apreciar aún mejor esos aromas frutales. Me ha gustado el vino, sí
señor.
Mientras le damos el primer trago y
comenzamos a disfrutarlo, nos comentan que no desean una carta más extensa y
que para ellos es fundamental poder dar una información detallada de lo que
ofrecen tanto en cocina como en bodega y que es esto uno de los motivos
principales de no tener una carta más larga.
De todos modos y yo sigo en mis trece,
entiendo perfectamente que no puede uno tener una carta de mil referencias para
cuatro clientes entendidos.
Es en este caso cuando soy más
partidario del permitir acudir con vinos y cobrar un descorche por ello.
De snacks nos sacan: unas pajitas de arroz con curry y unos
bombones de foie con crujiente de plátano. No pensaba yo que el foie fuese
demasiado “amigo” del plátano pero hoy he comprobado que realmente “se
entienden” estupendamente. Original y rico, incluso hasta de postre podía servir.
Como aperitivo una tosta de escalivada
y antxoa.
Esto sí que está rico, hemos
coincidido los dos al pensar que una tarde, al levantarte de la siesta,
encontrarte una de estas para merendar sería la repera.
El punto tostado pero a la vez
esponjoso del pan estaba excelentemente conseguido.
Este será un buen aperitivo para
nuestra próxima visita, en la segunda calçotada “internacional” de marzo.
De entrantes, por un lado un risotto
de albahaca y parmesano. Riquísimo. Color verde, el arroz en su punto exacto.
El toque del queso no molesta para nada, todo lo contrario.
Una ración más que generosa. No marca
ningún sabor, muy suave. Me ha encantado.
Para mi compi, una crema de guisantes
con langostinos y morcilla. Como somos de compartir, probamos ambos de los dos
platos.
El arroz es algo más clásico, más
conocido. El otro plato es más creativo, muy suaves también los sabores, sin
destacar nada por encima del resto. El colmo de los colmos ha sido cuando Marta
me ha comentado que si he notado la menta. Ella sabe que no soporto el sabor de
la hoja pero estaba tan difuminado que ni me he enterado y eso que tengo como
una especie de “alarma” anti-menta.
Pasamos ahora a uno de los platos que hoy teníamos como "obligación" probar puesto que también queremos que forme parte del menú del mes que viene.
Canelones de brandada de bacalo con salsa de pimientos.
Pasamos ahora a uno de los platos que hoy teníamos como "obligación" probar puesto que también queremos que forme parte del menú del mes que viene.
Canelones de brandada de bacalo con salsa de pimientos.
Fina la masa, buen relleno, con sabor. Un plato fino, suave, fácil de comer y sabroso. La salsa tiene un pequeño "problema", te invita a untar pan y pan. Al menos el pan es otra cosa que aquí es incluso original. Hoy ha sido tipo bollo.
Pasamos ahora a los principales. Mi
chica se decanta por lo ofertado en el menú degustación. Secreto ibérico con
alcachofas confitadas y salsa de foie.
Cortado en finas tiras, punto muy
logrado de la carne. Yo no soy demasiado amigo de esta textura pero en este
caso me quito el sombrero. Muy rico. Las alcachofas pura mantequilla y hacen
del conjunto del plato un verdadero manjar. Muy bien conseguido.
Yo me aprovecho de su amabilidad y
pruebo la espalda de cordero con gnocchis y salsa de idiazabal. Ese punto del
cordero bien hecho pero jugoso. No resulta nada seco. La piel bien tostadita.
El toque del idiazabal ligero, sin eclipsar en absoluto a la carne. Me alegro
de haberlo probado.
Pasamos al postre, este es también el
que ofrecen en el menú. Un postre imaginativo. Clafoutis con pera y helado de
queso azul.
El helado de queso con sabor intenso,
muy intenso. Nos han recomendado mezclarlo poco a poco con el resto. Las
“bolas” crujientes que imagino serán los clafoutis, desconocidos por mi hasta
este momento estaban de espanto de ricas.
He terminado por mezclarlo todo y me
ha gustado tanto que le he dicho que lo incluya así mismo en nuestra futura
visita de grupo. Espero haber acertado. Y que alguno de los exigentes
compañeros de mesa confirme mi “buen gusto”.
Un rico cortao al calor de la
chimenea, una pequeña charla con los artífices de nuestro pequeño homenaje y de
nuevo una sensación agradable y mi eterna sensación de “enfado” porque no
entiendo y cada día lo llevo peor que un restaurante como este no llene a
diario.
No me gusta el cambio que está
sufriendo la sociedad en el asunto gastronómico. Mucho ver programas de
afamados cocineros, mucho ver programas y concursos de cocina, de postres, de……
pero luego no hacemos las “prácticas”.
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